Asalto nocturno a la nevera

¿Sabes por qué tienes tanto apetito por la noche y cómo puedes evitarlo?

Un deseo de comer casi irremediable a medianoche de alimentos altos en grasa

¿Sabes por qué tienes tanto apetito por la noche y cómo puedes evitarlo?
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Para todos esos que llevan media vida pasando hambre y encima engordan, este artículo es imprescindible (Lo de la dieta mediterránea solo les funciona bien a los ricos).

¿Eres una de esas personas que se ha despertado a altas horas de la noche con unas ganas imperiosas de asaltar la nevera o comer un dulce?

Si te sientes identificado y sabes que esa mala costumbre no es bueno para ti y debes abandonarla cuanto antes, te explicamos el porqué de ese deseo incontrolable a medianoche y cómo puedes evitarlo (Los cinco ‘culpables’ que hacen que recuperes peso después de estar a dieta).

Dormir bien por la noche es esencial para el estado de ánimo y la salud en general. Despertarse hambriento no es algo de lo que necesariamente debas preocuparte, pero el rugido de un estómago todas las noches es algo que se debe examinar más de cerca.

¿Cuáles son los motivos que llevan a abrir la nevera cuando hemos seguido las cuatro comidas diarias?

No es hambre

En primer lugar, y por mucho que te sorprenda, la realidad es que lo que sientes no es verdaderamente hambre como tal. Si has realizado las cuatro o cinco comidas diarias adecuadamente a lo largo del día, o al menos has tenido una cena con sustancia, no deberías tener demasiado apetito.

Ese impulso de levantarse de dondequiera que estés para abrir la despensa o la puerta de la nevera se puede evitar no pensando en comida o bebiendo un vaso de agua.

Producto del cerebro

El responsable de la falsa sensación de tener «hambre» no es otro que tu cerebro. Muchas investigaciones científicas han confirmado que los sistemas de saciedad y de placer generan estímulos más débiles durante la noche.

Esta razón podría dar explicación al porqué tendemos a buscar alimentos poco saludables y ricos en grasa como el chocolate o galletas.

Cambios hormonales

Las hormonas pueden ser otro motivo por la cual sentimos hambre. La grelina es una hormona que hace que quieras comer, y la lepina ayuda a limitar la ingesta de alimentos. Si los niveles de estas dos hormonas se desequilibran se puede sentir hambre cuando normalmente estás saciado después de una buena cena.

Las fluctuaciones hormonales del ciclo menstrual, por ejemplo, pueden causar estos cambios hormonales que contribuyen al deseo de comer a altas horas de la noche.

Falta de sueño

La última razón por la que puedes sentir la necesidad de ingerir dulce u otro tipo de comida en la noche es porque no duermes suficiente. El cuerpo está diseñado para dormir toda la noche sin necesidad de sustento y comer, por lo general, da sueño.

Es como una reacción instintiva del cerebro para mejorar el descanso; la sensación insaciable aumenta y te encuentras revisando los cajones de la nevera una vez más.

¿Cómo puedes evitarlo?

Ahora que comprendes por qué tienes un apetito irremediable por la noche, puedes comprender que ese impulso no es realmente hambre.

Sea como fuere, el desayuno es una de las comidas más importantes del día y de la que dependerá de esa necesidad a medianoche.

Está comprobado que desayunar hace que el hambre vaya en descenso a lo largo del día y sentirse más satisfecho en cada comida que haces. También recuerda que dormir y descansar son factores importantes para que no aparezcan esas ganas de comer.

Si tienes la sensación de no poder controlar esas ganas, recomendamos que comas una fruta o bebas un vaso de agua para olvidar el apetito.

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