Enfermedades de la A a la Z

Las 5 ideas sobre el optimismo más falsas que un euro de madera

El optimismo no soluciona nuestros problemas, pero sí nos ayuda a tomar una postura diferente ante ellos

Las 5 ideas sobre el optimismo más falsas que un euro de madera
Buen humor y optimismo. EP

El optimismo es considerado una manera de experimentar la vida mucho mejor. Sin embargo, desconocemos las ideas falsas sobre el optimismo que pueden estar haciendo que, al pensar en él, incurramos en varios errores.

Hoy abordaremos 5 de estas ideas falsas sobre el optimismo, las cuales analizaremos en profundidad y sobre las que reflexionaremos para destapar algunos mitos que rodean a esta idea.

1. El optimismo resuelve los problemas

Esta es una de las primeras ideas falsas sobre el optimismo que nos instan a reflexionar sobre la relación que existe entre el optimismo y la resolución de problemas.

Se cree que si eres optimista tendrás muchos menos problemas, o que estos se reducirán. Sin embargo, esto es un gran error. El hecho de ser optimista no reducirá, ni mucho menos, resolverá los problemas.

Lo que hace esta actitud ante la vida es ayudarnos a tener una visión mucho más saludable sobre todas esas dificultades que pueden llegar a nosotros y que tenemos que enfrentar.

En vez de adoptar una actitud victimista o pesimista, aprendemos a ver la oportunidad en la dificultad y a aceptar lo que nos viene sin lamentarnos por ello ni sentirnos desgraciados.

Pues, aunque muchas veces creamos que tenemos mala suerte, los problemas no nos eligen. Todo el mundo tiene problemas y nosotros no íbamos a ser la excepción.

La cuestión está en cómo los vamos a afrontar.

2. Ser optimista te hará más feliz

Muchas personas piensan que aquellos que son optimistas son más felices. Es más, creen que las personas optimistas están felices todo el tiempo, algo que se aleja bastante de la realidad.

Todas las personas tenemos mejores y peores momentos. Mantenernos siempre en la alegría es algo complicado, ya que hay situaciones que nos llevarán a sufrir estrés, ansiedad, preocupaciones, tristeza, enfado…

Todas y cada una de estas emociones no están reñidas con ser optimista. Porque ser optimista es una actitud positiva ante la vida.

Como seres humanos, obviamente, vamos a sentir tristeza, enfado, alegría y tristeza. Lo positivo es saber aprender de esas emociones, gestionarlas de manera adecuada, saber qué nos quieren decir y cómo podemos mejorar nuestra actitud ante ellas.

El optimismo no trata de suprimir las emociones negativas, sino de aprender de ellas para así favorecer el desarrollo personal.

3. Las personas optimistas viven en un mundo irreal

Esta es otra de las falsas ideas sobre el optimismo que creen todas aquellas personas que tienden a tener una actitud bastante pesimista y negativa de lo que les rodea.

Ellas consideran que el mundo es un lugar terrible donde cada día suceden desgracias. Por lo tanto, ser optimista no es algo factible.

Creen que las personas optimistas se han creado un mundo ideal en sus mentes. Un mundo en el que viven como si de una burbuja se tratara, sin abrir los ojos ante la verdadera realidad.

Lo cierto es que las personas optimistas saben bien todo lo que pasa en el mundo y lo que le ocurre a su vecino, a un familiar, incluso a ellas mismas.

No obstante, son conscientes de que de todo se puede aprender, que toda situación difícil puede ser un posible ejemplo de superación para todos. No viven en un mundo irreal, solo tienen una perspectiva mucho más alentadora sobre lo que sucede a su alrededor.

4. El optimismo es igual a «no me importa nada»

Nos encontramos en la cuarta de las falsas ideas sobre el optimismo, en la que se considera que ser optimista implica que no nos importa nada.

No nos importan las desgracias, nos da igual perder el trabajo o dinero, nos es indiferente que las cosas nos vayan mal…

Sin embargo, esto no es así. Ser optimista es ver el lado positivo de todo lo negativo que pueda pasar. Esto no significa que no nos importe lo que ocurra sino que, en vez de refugiarnos en el dolor y el victimismo, luchamos por salir a flote.

Por ejemplo, en mi experiencia personal, he visto cómo las personas criticaban a otra porque no lloraba en el entierro de su pareja. Decían cosas como «parece que no la quería mucho», «a lo mejor se alegra de que se haya muerto».

Estas personas desconocían que la pareja de esa persona había pasado por un cáncer que la fue incapacitando poco a poco hasta el punto de no poder ni andar ni comer.

¡Claro que amaba a su pareja! Pero porque la amaba tanto, sabía que la muerte había sido un alivio para su sufrimiento y, por eso, se mostraba tranquila y agradecida.

Esto no significaba que no le doliese, pues ella más que nadie había sido testigo del sufrimiento y dolor que había padecido su pareja.

5. Se puede ser optimista todo el tiempo

Esta es una de las últimas ideas falsas sobre el optimismo y es que ¡claro que no podemos ser optimistas todo el tiempo! Si así fuese, quizás estaríamos cayendo en lo que conocemos como falso optimismo.

No obstante, como bien hemos mencionado, ser optimista es una actitud ante la vida. Aunque ello no implica que, en ocasiones, nos decepcionemos, nos sintamos apesadumbrados y la tristeza se nos venga encima.

Sin embargo, lo que hace una persona optimista es acoger esa decepción y utilizarla para crecer. Abraza esa tristeza para posteriormente soltarla… En definitiva, no se aferra a esas emociones naturales: las acepta y las deja ir.

Así logra ser optimista.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído