Las Hermanas del Valle se denominan a sí mismas monjas y, aunque no profesen la fe católica, viven, visten y actúan como tales. Basando su particular religión en el cultivo de la planta de marihuna, luchan contra el Gobierno que, afirman, ha abandonado al pueblo, mientras facturan más de un millón de dólares anuales en el proceso.
La hermana Kate, propulsora de este movimiento y cuyo nombre real es Christine Meeusen, es una estadounidense que pasó buena parte de su vida en los Países Bajos. Al volver a Estados Unidos en 2008, empezó a sentir que los gobernantes de su país no ayudaban lo suficiente al crecimiento de la clase trabajadora, en especial a las mujeres, y dio vida al personaje de la «Hermana Occupy».
Ella y solo otra mujer más fueron las primeras. Al principio compraron una finca en el valle central de California y empezaron a plantar marihuana como una cooperativa. En ese entonces el uniforme eclesiástico era solo una herramienta activista, pero con el tiempo notaron que otorgaba una imagen de espiritualidad, sacrificio y elegancia; principios con los que quieren identificarse y transmitir a los productos que hacen, así que poco a poco formaron una orden. La imagen de monja es, en realidad, muy buena para el negocio.
Fuente original: Victoria Pérez, Gizmodo/Leer más