Al llegar a la Casa Blanca, ordenó instalar en su escritorio del Despacho Oval un botón rojo para que le lleven una Coca Cola cada vez que lo pulse
Como decía Cicerón: «Hay que comer para vivir, no vivir para comer».
Donald Trump, célebre por su adicción a la comida rápida, ha recibido instrucciones del médico de la Casa Blanca para ponerse temporalmente a dieta y sustituir las hamburguesas con queso por alimentos más saludables (Vladimir Putin presenta a Donald Trump su nuevo supermisil: «Escuchadnos ahora»).
Según informa Bloomberg, citando fuentes del entorno del Epresidente de EEUU, en enero de 2018 el médico principal de la Casa Blanca, Ronnie Jackson, advirtió a Trump que se encontraba al borde de la obesidad.
En aquel entonces quien es ahora el personaje más poderoso del Planeta Tierra, que tiene 71 años, pesaba 108 kilos y medía 1,90 metros.
De acuerdo con las regulaciones del Centro Estadounidense para el Control y la Prevención de Enfermedades, a Trump le faltaban solo 400 gramos para llegar al límite inferior de la obesidad.
Según recoge RT, Jackson recomendó al presidente consumir menos carbohidratos y grasas, eliminar la carne de res de su dieta y realizar ejercicio físico diario.
Fuentes de la Casa Blanca reportan que Trump no ha comido ninguna hamburguesa desde hace al menos dos semanas.
Para entender la magnitud de la adicción de Trump a la comida basura solo hace falta mencionar que, al llegar a la Casa Blanca, ordenó instalar en su escritorio del Despacho Oval un botón rojo para que le lleven una Coca Cola cada vez que lo pulse.
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