SALUD Y DINERO

10 mitos falsos y 5 verdaderos sobre las bondades de beber mucha agua

Médicos y nutricionistas llevan años encontrándose en las consultas con los mismos bulos acerca de la ingesta de líquido

10 mitos falsos y 5 verdaderos sobre las bondades de beber mucha agua
Beber agua YT

Habrás leído y oído un millón de veces que debes beber agua. Normalmente, los médicos recomiendan entre 6 y 8 vasos de agua al día, o 1 litro o litro y medio de agua, aunque también depende de tu complexión, salud y actividad.

El otro medio litro, lo obtendrás si comes fruta y verdura, ya que son alimentos que de por sí muy acuosos.

Es importante beber agua para encontrarte bien, con energía y vitalidad, pero no te pudes creer todo lo que se dice, porque con el tremendo flujo de información que circula por la red, es inevitable que se cuelen bulos.

Hay bastantes mitos con dudosa base científica, como recoge Marya González  en huffingtonpost.

Estos son algunos de los más extendidos, recurrentes y dañinos sobre el agua:

«Beber agua durante las comidas engorda porque se dificulta la digestión»

FALSO

Todo lo contrario. Beber agua con las comidas principales comidas favorece la absorción y disolución de nutrientes y activa las enzimas esenciales para suministrar la energía necesaria para el buen funcionamiento del organismo.

Además, el agua no contiene calorías y por eso es el mejor acompañamiento de las principales comidas. De hecho, los expertos recomiendan beber a pequeños sorbos uno o dos vasos de agua durante la comida.

«No hay ningún estudio científico que recomiende que es necesario ingerir entre 2 y 2,5 litros de agua. De hecho, no necesitamos beber entre 2 y 2,5 litros de agua, porque mucha de ella la podemos encontrar en los alimentos»

FALSO

El estudio Values for Water EFSA Journal, publicado en 2010 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el mayor organismo científico de la UE, recomienda una ingesta total de agua de 2 litros al día para las mujeres adultas y 2,5 para hombres adultos, bajo condiciones normales de actividad y temperatura.

Para obtener un equilibrio hídrico adecuado, al menos se deben consumir dos litros de agua al día en condiciones normales de actividad y temperatura, recomendando que el 80% sea por ingesta directa de agua y un 20% a través de los alimentos.

«¡Hay que beber solo cuando se tiene sed!»

FALSO

La sed es un sistema de alerta de nuestro organismo para indicarnos que el cuerpo ya está deshidratado.

La pérdida de solo un 1% respecto al total de agua que compone el organismo ya puede afectar al rendimiento físico, a las capacidades cognitivas y al estado de ánimo. Por este motivo, no es recomendable esperar a tener sed para beber agua.

«Hay que evitar beber agua antes de realizar cualquier actividad física, porque si lo haces te puede dar flato»

FALSO

La realidad es justo al revés. La actividad física aumenta la pérdida de agua del organismo a través del sudor y, por lo tanto, se incrementa la necesidad de beber agua.

A modo de ejemplo, nuestro cuerpo puede perder en torno a 1’8 litros de agua después de una hora corriendo, o medio litro tras una hora de natación, 1,5 después de un partido de fútbol o baloncesto o 1,8 tras una hora jugando al tenis.

«Trabajo en un sitio con aire acondicionado así que aunque estemos en verano y haga calor, no necesito beber tanta agua»

FALSO

El aire acondicionado está directamente relacionado con una hidratación inadecuada. El aire seco y la baja humedad hace que el cuerpo pierda más agua a través de los pulmones y la piel. Esa pérdida se debe compensar con un aumento de la ingesta de agua.

«No es recomendable beber agua antes de acostarse porque no se deja descansar al riñón»

FALSO

Precisamente, si bebemos un vaso de agua a pequeños sorbos ante de acostarnos, ayudará a nuestros riñones a eliminar toxinas y desechosacumulados a lo largo del día y a rehidratar el organismo.

«Es bueno beber agua templada con limón en ayunas para eliminar toxinas, evitar el estreñimiento y aliviar problemas de estómago e infecciones de garganta»

FALSO A MEDIAS

No existe ningún estudio científico que avale los beneficios de esta fórmula que algunos en internet se empeñan en llamar milagrosa. El agua por estar templada no aporta un beneficio extra. Es cierto que el limón tiene vitamina C, pero al ser exprimido se queda en unos 35 miligramos, es decir, la tercera parte de la dosis diaria recomendada por la OMS para hombres y la mitad para mujeres.

«Beber un vaso de agua caliente en ayunas ayuda a combatir el estreñimiento»

VERDADERO A MEDIAS

Facilita el movimiento de los intestinos, después de varias horas de ayuno y, por tanto, puede ayudar a acelerar el tránsito intestinal y así evitar los problemas de estreñimiento», explica el profesor, que insiste en que lo que no está demostrado es que el agua tenga que ser templada o caliente.

«Beber un vaso de agua antes de comer ayuda a no excederse»

VERDADERO

El agua incrementa la sensación de saciedad. De manera que beber un vaso de agua antes de las comidas ayuda a incrementar esta sensación y reducir la ansiedad por comer.

Un estudio publicado por The Journal of the Obesity Society of Silver Spring en 2010, que concluye que las personas que bebieron 500 mililitros de agua antes de las comidas, perdieron más peso que aquellos que no lo hicieron realizando la misma dieta.

«Beber agua muy fría y rápido es malo»

VERDADERO

Un buen hábito de hidratación es beber despacio, a pequeños sorbos y a una temperatura de entre 10 y 15 grados para favorecer su absorción y que el cuerpo la asimile más fácilmente.

«Es mejor beber agua con gas que agua sin gas»

FALSO

Se trata simplemente de una cuestión de gustos.

«Las infusiones sustituyen al agua»

VERDADERO

Hay que tener en cuenta que casi el 99% de una infusión es agua, así que es una forma de completar la ingesta de agua recomendada por la EFSA (2,5 litros para hombres y 2 litros para mujeres).

«El agua del grifo es igual que el agua mineral»

FALSO A MEDIAS

No son iguales, pero ambas son buenas. Las aguas minerales naturales y las aguas del grifo son dos productos totalmente distintos, aunque complementarios e irremplazables.

El agua mineral natural es un producto alimentario de origen subterráneo protegido de toda contaminación y envasado a pie de manantial en unas condiciones de extrema asepsia, para proteger su pureza original. Por lo tanto, no necesita ser sometida a ningún tipo de tratamiento químico ni microbacteriológico de desinfección para su consumo.

Por el contrario, el agua del grifo es un servicio público, cuyo abastecimiento y calidad deben estar garantizados por la Administración. En su mayoría, proviene de aguas superficiales y de orígenes diversos (desalinizadoras, ríos, embalses,…) por lo que son de composición cambiante.

«Las botellas de plástico de agua mineral no se deben rellenar, porque así lo indica la etiqueta del envase»

VERDADERO

Hay varios motivos por los que se incluyó este mensaje en las etiquetas de las botellas y por los que se aconseja no reutilizarlas. El primero es para prevenir accidentes, evitando que se confunda el agua con otros líquidos como lejía, desinfectantes o disolventes. Otro motivo es evitar los fraudes, las empresas que comercializan las diferentes marcas de aguas envasadas sólo pueden garantizar las condiciones de seguridad y calidad del agua que han envasado».

«En las botellas de plástico, el icono del triángulo con un 1 en el interior, el número indica las veces que se ha reciclado la botella»

FALSO

Este número no tiene nada que ver con esa creencia popular. La explicación tiene que ver con el reciclado de los envases.

El número sirve para la recogida y clasificación de los plásticos para saber de qué tipo es. El número 01 se corresponde con un tipo de plástico conocido como PET, un material transparente, muy resistente, que pesa poco y es 100% reciclable.

VÍDEO DESTACADO: ¡Histórico!: Todo sobre el reciente descubrimiento de agua en Marte

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