Salud y Belleza

¡El azúcar es dañino!… bloquea una importante proteína para nuestro organismo

Un estudio de la Universidad de Yale publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences

Los seres humanos han consumido azúcar en diversas formas durante miles de años.

En su forma más básica, la sacarosa, se encuentra naturalmente en muchos alimentos, como frutas y miel, y ha sido utilizado por diferentes culturas desde tiempos antiguos.

Sin embargo, la producción y el consumo a gran escala de azúcar refinada tienen una historia más reciente.

El azúcar de caña comenzó a ser cultivado y procesado en el subcontinente indio alrededor del año 500 a.C.

Posteriormente, se difundió por Persia y el mundo islámico antes de llegar a Europa a través de la expansión árabe en el siglo VII. Durante la Edad Media, el azúcar era un producto de lujo en Europa, consumido principalmente por la nobleza y la alta sociedad.

Su importancia radicaba en su rareza y su alto costo, lo que lo convertía en un símbolo de estatus y riqueza.

A medida que avanzaba la Edad Moderna, el comercio global y los avances tecnológicos en la producción de azúcar llevaron a una mayor disponibilidad y una disminución de los costos.

Durante los siglos XVII y XVIII, el azúcar se convirtió en un alimento básico para una creciente población europea.

El cultivo de azúcar de caña fue llevado a las colonias del Nuevo Mundo, donde su producción se intensificó con el uso de mano de obra esclava africana.

La demanda de azúcar creció exponencialmente y tuvo un impacto significativo en la economía y la sociedad de la época.

El comercio de azúcar también tuvo un papel importante en el desarrollo del capitalismo y el sistema colonial.

Las colonias europeas se establecieron en diversas regiones tropicales para cultivar caña de azúcar en grandes plantaciones, lo que llevó al surgimiento del comercio triangular entre Europa, África y América.

Este sistema de comercio involucraba la exportación de bienes manufacturados de Europa a África, el comercio de esclavos africanos hacia las Américas y la exportación de productos coloniales, como el azúcar, de regreso a Europa. La expansión de las plantaciones azucareras tuvo un profundo impacto en la historia de América Latina, el Caribe y otras partes del mundo.

El consumo masivo de azúcar en la sociedad moderna ha tenido un impacto significativo en la salud pública.

A medida que el azúcar se volvió más accesible y asequible, su consumo aumentó en todo el mundo.

Sin embargo, el consumo excesivo de azúcar refinada se ha asociado con problemas de salud, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.

En las últimas décadas, ha habido una mayor conciencia sobre los efectos negativos del consumo excesivo de azúcar, lo que ha llevado a un debate sobre su regulación y la promoción de una dieta más equilibrada.

LOS RIESGOS DEL AZUCAR

El azúcar puede bloquear una proteína clave llamada Roc, necesaria para la colonización de una bacteria intestinal asociada con un cuerpo delgado y saludable.

Esto, según un estudio de la Universidad de Yale publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

La microbiota intestinal desempeña un papel clave en la salud humana, y su composición está asociada con el tipo de alimentación. Hasta hace poco, los científicos creían que la absorción del azúcar ocurría solo en el intestino delgado, de manera que el azúcar nunca llegaba al intestino grueso.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el azúcar puede ‘viajar’ hasta el colon, donde reside la microbiota. ¿Azúcar o miel cuál engorda menos?.

El autor principal del estudio, Eduardo Groisman, y sus colegas estudiaron en ratones los efectos que tiene una dieta alta en sacarosa o glucosa sobre una de esas bacterias beneficiosas, ‘Bacteroides thetaiotaomicron’, una especie asociada con la capacidad de procesar alimentos saludables como los vegetales.

Como resultado, los científicos descubrieron que tanto la fructosa como la glucosa, que juntas forman la sacarosa, ‘silencian’ la producción de la proteína Roc.

Cuando los científicos crearon una cepa de bacterias en la que la actividad de la proteína no se suprimió, estos microorganismos se reprodujeron con más facilidad en los ratones cuya dieta era alta en carbohidratos. Descubren que consumir azúcar solo en las horas más activas del día evita sus efectos nocivos.

«El papel de la dieta en la microbiota intestinal va más allá de proporcionar nutrientes».

«Parece que los carbohidratos como el azúcar también pueden actuar como moléculas de señalización».

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