Las personas mayores que experimentan un aumento o pérdida significativa de peso podrían estar aumentando su riesgo de desarrollar demencia, según concluye un estudio realizado en Corea del Sur y publicado este lunes en la revista ‘The British Medical Journal Open’.
Existen pruebas de una posible asociación entre los factores de riesgo cardiometabólicos (como la hipertensión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre) y la demencia. Sin embargo, la asociación entre el índice de masa corporal (IMC) en la vejez y el riesgo de demencia sigue siendo incierta.
Por eso, este equipo de científicos coreano se propuso investigar la asociación entre los cambios en el IMC durante un período de dos años y la demencia en una población coreana de edad avanzada. Examinaron a 67.219 personas de 60 a 79 años de edad a los que se midió el IMC en 2002-2003 y 2004-2005, así como el estatus socioeconómico y los factores de riesgo cardiometabólicos.
Después de dos años, la incidencia de la demencia fue monitoreada durante un promedio de 5,3 años entre 2008 y 2013. Durante los 5,3 años de seguimiento, el número de hombres y mujeres con demencia fue de 4,887 y 6,685, respectivamente. Los resultados muestran que parece haber una asociación significativa entre los cambios en el IMC y la demencia en ambos sexos durante la tercera edad.
El cambio rápido de peso (un aumento o disminución del IMC del 10 por ciento o superior) durante un período de dos años se asoció con un mayor riesgo de demencia en comparación con una persona con un IMC estable. Sin embargo, el IMC al inicio del período no se asoció con la incidencia de demencia en ninguno de los dos sexos, con la excepción del bajo peso corporal en los hombres.
Después de desglosar las cifras basadas en el IMC al inicio del período de estudio, los investigadores encontraron una asociación similar entre el cambio en el IMC y la demencia en el subgrupo de peso normal, pero el patrón de esta asociación varió en otros rangos del IMC. Los factores de riesgo cardiometabólicos, incluyendo la hipertensión preexistente, la insuficiencia cardíaca congestiva, la diabetes y el alto nivel de azúcar en sangre en ayunas, fueron factores de riesgo significativos para la demencia.
En particular, los pacientes con alto nivel de azúcar en sangre en ayunas tenían un riesgo 1,6 veces mayor de desarrollar demencia en comparación con los individuos con azúcar en sangre en ayunas normal o prealta. Además, los hábitos de estilo de vida poco saludables como fumar, beber con frecuencia y realizar menos actividad física a una edad avanzada también se asociaron con la demencia.