Palabras que sanan el alma:«Es necesario ayudar a otros, no en nuestras oraciones, sino en nuestras vidas diarias»: Dalai Lama
Los azúcares añadidos no solo pueden ser peores que la grasa en cuestiones de peso, sino que también pueden afectar de manera negativa en muchos otros aspectos de las salud.
El azúcar parece aumentar la inflamación, una condición que suele ser el origen de la mayoría de las enfermedades. ¿Por qué? Los niveles altos de inflamación que se registran durante un tiempo prolongado están relacionados con un aumento de riesgo de varias enfermedades crónicas, como la diabetes, los problemas del corazón y los trastornos autoinmunitarios.
Estudios recientes sugieren que un consumo elevado de azúcares añadidos aumenta el riesgo de cáncer. Hay una relación indirecta entre el azúcar y el riesgo de cáncer dado que la obesidad, por ejemplo, acentúa el riesgo de padecer muchos tipos de cáncer, según rt.
Como ya sabrás, la ingesta de azúcar se suele asociar con un alto riesgo de obesidad, resistencia a la insulina y síndrome metabólico, condiciones que se consideran como factores de riesgo de enfermedades crónicas.
El azúcar es muy aditivo, por lo que resulta casi imposible dejarlo de golpe: estimula la liberación de dopamina, un neurotransmisor que controla los centros del placer y de la recompensa de nuestro cerebro, causando simultáneamente síntomas de abstinencia cuando intentas dejar de consumirlo.
Las grasas que se encuentran en los alimentos integrales y los no procesados, como los frutos secos, las semillas y los aceites, suelen aportar muchísimos beneficios. Las grasas de los alimentos procesados, en cambio, no son beneficiosas para la salud: las grasas trans, por ejemplo, se encuentran principalmente en los productos procesados y los aceites vegetales hidrogenados se han solido relacionar con varios problemas de salud, como diabetes y cardiopatías. Lo mejor es evitar los productos muy procesados y optar por las fuentes de grasas más saludables.
Adoptar pequeños cambios con alternativas más saludables es lo que nos ayuda a ir poco a poco hacia el buen camino. El azúcar es muy adictivo y se asocia a una serie de efectos adversos en la salud. Las grasas saludables, sin embargo, son una parte esencial de una alimentación equilibrada y pueden ayudar a perder peso, mejorar la salud cardíaca y reducir la inflamación. Por lo tanto, es mejor reducir el consumo de azúcar y consumir una cantidad adecuada de grasas buenas.
Muy Importante: Consulte siempre a su médico para conocer los detalles concretos de su perfil y si es aconsejable o no para usted.
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