España es el cuarto consumidor de agua embotellada de Europa

Agua: ¿Sabías que la embotellada cuesta 300 veces más que la del grifo y no es mejor?

Un desastre en términos medioambientales, y que no repercute en la salud

Agua: ¿Sabías que la embotellada cuesta 300 veces más que la del grifo y no es mejor?

Las botellas de agua embotellada son como una plaga, están en todas partes.

En las máquinas expendedoras de la oficina, en los restaurantes, sobre la mesa de los tertulianos de programas de televisión e incluso en los nuevos taxis, ya que algunas empresas de VTC se las facilitan a sus clientes.

Tanto es así que, a pesar de que el agua es de muy buena calidad en España, es el cuarto país de la UE que más consume este líquido envasado, por detrás de Italia, Francia, Alemania.

Un desastre medioambiental por la cantidad de residuos plásticos que genera esta moda.

La venta de agua embotellada ha experimentado un crecimiento significativo en todo el mundo, convirtiéndose en un mercado multimillonario con una presencia global.

Sin embargo, también ha generado discusiones sobre la sostenibilidad y la necesidad real de embotellar agua en áreas donde el suministro de agua potable es accesible.

Cada español consume una media de 134 litros de agua embotellada al año.

Es la bebida no alcohólica que más se compra en el país y la demanda va en aumento.

Muchas veces sin necesidad.

La venta de agua embotellada tiene sus raíces en la antigüedad, pero el auge moderno de la industria del agua embotellada comenzó en los siglos XIX y XX.

  1. Orígenes Antiguos: Aunque la venta masiva de agua embotellada es un fenómeno moderno, la práctica de embotellar agua se remonta a la antigüedad. Los romanos, por ejemplo, solían embotellar agua de manantiales y venderla por sus propiedades supuestamente saludables.
  2. Primera Marca Registrada: El empresario británico Jackson’s of Sheffield fue uno de los primeros en vender agua embotellada a gran escala. En 1850, obtuvieron la primera marca registrada para su agua embotellada llamada «Malvern Water». Malvern, en Inglaterra, era conocida por su agua de manantial, considerada saludable.
  3. Agua Mineral: A finales del siglo XIX, el agua mineral se convirtió en un producto popular en Europa y América del Norte. Empresas como Perrier, que comenzó en 1863 en Francia, se volvieron icónicas en la industria del agua embotellada.
  4. Desarrollo de la Tecnología: El desarrollo de tecnologías de embotellado y envasado a principios del siglo XX permitió una producción más eficiente y contribuyó al crecimiento de la industria.
  5. Auge en la Década de 1970: El interés renovado en la salud y el acondicionamiento físico en la década de 1970 contribuyó al auge de la industria del agua embotellada. Las personas comenzaron a buscar alternativas más saludables a las bebidas azucaradas.
  6. Percepción de Calidad y Status: En algunos lugares, el agua embotellada se asocia con la calidad y el estatus. Beber agua embotellada se convirtió en una declaración de estilo de vida en muchas culturas.
  7. Controversias Ambientales: A medida que la industria del agua embotellada creció, también lo hicieron las preocupaciones ambientales sobre el uso de plástico. La contaminación plástica y la huella de carbono asociada con la producción y distribución de agua embotellada han llevado a debates sobre su sostenibilidad.
  8. Variedad de Agua embotellada: La industria ha evolucionado para ofrecer una amplia variedad de aguas embotelladas, desde agua mineral hasta agua de manantial y agua purificada con diversos sabores y adiciones.

EL PALO DEL RESTAURANTE

Pongamos un ejemplo. Llega la hora de elegir el menú del día y el camarero pregunta por las bebidas.

Si la opción elegida es agua, muchos se decantan por una botella en lugar de pedir una jarra, como si la segunda opción denotara racanería.

Otras veces es el hostelero el que se niega a servirla.

Gestos como este alimentan un lucrativo negocio que en España factura cerca de mil millones de euros al año.

España el cuarto país de la UE que más produce el llamado «oro líquido».

Desde esta organización, que agrupa a cerca de 60 empresas dedicadas al envase de agua mineral o de manantial, incluidas las más conocidas y con mayores cuotas de mercado, explican que el consumidor busca cada vez más «bienestar» y «cuidar su salud» con «productos naturales y saludables».

Pero, ¿es que el agua del grifo no lo es?

Beber agua embotellada no tiene ningún efecto para la salud.

Si te vas a un país exótico, es mejor beberla embotellada porque el agua del grifo no tiene las condiciones sanitarias adecuadas.

Pero en un país occidental beber agua de botella no tiene demasiado sentido.

No es mejor que la del grifo
Este nuevo hábito de la sociedad moderna además sale bastante caro. Tanto para el bolsillo como al planeta.

«Es un producto totalmente absurdo», comenta Charles Fishman, periodista y autor de La gran sed: la vida secreta y el turbulento futuro del agua.

Su popularización, según este experto, se debe a que el consumidor, más que comprar agua, está adquiriendo practicidad.

Pero aunque se esté concienciado y dispuesto a decir no a los botellines de agua para generar menos residuos, los recursos públicos disponibles a veces no lo ponen fácil.

Por ejemplo, en la ciudad de Madrid, que suma más de tres millones de habitantes, solo hay 1.735 fuentes de agua para beber en la calle.

O lo que es lo mismo, un surtidor por cada 1.882 ciudadanos.

Pero, de estos, la gran mayoría se encuentran en zonas verdes, no en la vía pública.

O sea, que es difícil encontrarse con uno de estos dispositivos para rellenar el botellín si no se está de paseo en un parque.

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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