Comer tarde, un error que el ritmo circadiano castiga con sobrepeso

Salmorejo
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Aunque realizar deporte, ya sea en el gimnasio o al aire libre, además de una dieta saludable son armas básicas en la lucha contra el sobrepeso, existe otra manera sencilla y eficaz de mantener a raya los kilos de más y cuya relevancia se nos escapaba. En concreto, hablamos de respetar nuestro ritmo circadiano en la realización de las comidas, ya que hacerlo a unas horas indebidas puede tener repercusiones en nuestro peso.

Pero ¿qué es esto de ‘circadiano’? Pues dicho vocablo deriva del latín. Así, ‘circa’ significa ‘alrededor de’, mientras que ‘diano’ expresa ‘día’. No en vano, los seres humanos, como todos los seres vivos, nos seguimos rigiendo por la luz del sol y es este astro el que dirige nuestros ciclos vitales. Así, por ejemplo, no es lo mismo efectuar la comida entre las 12:00h. y las 13:00h. que hacerlo a las 15:00h., pues nuestro cuerpo a partir de esta última hora tiende a asimilar peor los alimentos.

Por lo tanto, debemos tener muy presente no solo lo que comemos, sino también a qué hora lo hacemos ya que este detalle puede convertirse en una herramienta clave en nuestro propósito de conseguir mantenernos en nuestro Índice de Masa Corporal (IMC) ideal. Este parámetro se determina dividiendo nuestro peso en kilogramos entre nuestra altura en metros al cuadrado. De esta manera, si una persona pesa 80 Kg y mide 1,70 cm, el IMC se situaría en 20,6.

Lo cierto es que las personas que tienen un cuerpo ‘manzana’ son proclives a acumular grasa en la mitad superior del cuerpo y, en definitiva, alrededor de los órganos internos. Esto puede acarrear un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares en el futuro. En cambio, las que presentan un cuerpo ‘pera’ son propensas a que este exceso de grasa se concentre en las caderas y los muslos. Una tendencia que entraña una menor amenaza a su salud cardiovascular.

Así, antes de ponernos a comer, deberíamos antes echar un vistazo a qué hora es. Y sí, también las cenas tardías añaden centímetros a nuestra cintura. De hecho, es aconsejable hacerlo antes de las 20:00h. Esto es porque a partir de ese momento el organismo presenta más dificultades para metabolizar los alimentos e irremediablemente irá acumulando calorías en sus zonas favoritas.

Tal es la importancia de los ritmos circadianos que, según Paolo Sassone-Corsi, director del Centro de Epigenética y Metabolismo de la Universidad de California (EE.UU.), los horarios de comida inadecuados estresan a los órganos responsables de la digestión ya que los obliga a trabajar cuando deberían reposar. Estos malos hábitos no solo hacen mella en el peso, sino también en nuestra salud ya que pueden determinar el desarrollo de diversas enfermedades.

En definitiva, ciertos estudios sugieren que quienes son más tempraneros en sus comidas presentan un ritmo metabólico más rápido que el resto y ello nos obliga a prestar más atención a nuestros horarios. Parece más que demostrado que nuestros esfuerzos por adelgazar y mantenernos en un peso saludable podrían caer en saco roto si desoímos a nuestro ritmo circadiano.

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