En los tiempos que corren muchas veces se desperdicia comida, algo que debemos evitar a toda costa. Uno de los alimentos que suelen acabar pasando de fecha son las patatas, y es que al no tener fecha de caducidad, muchas veces las almacenamos más del tiempo que corresponde y no precisamente de la forma correcta.
Para que no se pongan blandas, germinen o acaben pudriéndose, en primer lugar hay que saber en qué momento hay que descartar una patata.
Conviene saber, que no se debe comer nunca las patatas crudas y así como tratar de evitar las patatas viejas, las verdes, o las que presentan muchos brotes y nunca consumir la piel, aunque se hayamos cocinado antes.
La mejor forma para almacenarlas son en bolsa de tela, en las redecillas que vienen por defecto o en un caja de madera con papel de periódico en el fondo. Descarta por completo las bolsas de plástico, ya que estos alimentos necesitan aire y respirar.
Además, la temperatura es un factor fundamental a la hora de conservarlas para que no germinen. Nuestra casa tiene una temperatura de unos 20 grados, demasiado elevada, por lo que hay que buscar otras alternativas.
La mejor forma de guardarlas para que duren más y no se pudran es tratar de buscar un lugar oscuro y fresco en la casa. Durante el invierno, lo idóneo sería una terraza. En verano, en cambio, lo mejor sería un cuarto trastero, una despensa o garaje, ya que suelen tener temperaturas más frescas. Y lo más importante: jamás las expongas al sol.