Alternativas a Nutri-Score: por qué España se conforma con un sistema imperfecto

Alternativas a Nutri-Score: por qué España se conforma con un sistema imperfecto

La polémica con respecto al etiquetado frontal de alimentos Nutri-Score, el elegido por el Ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha llegado a la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados. A través de una proposición de ley, el Grupo Parlamentario Popular ha intentado frenar la implementación del sistema en España hasta que la Unión Europea determine cuál será el etiquetado nutricional, armonizado y obligatorio a nivel europeo. A pesar de las críticas crecientes contra el sistema, la Comisión ha rechazado la propuesta. Lo que, para muchos, representa una oportunidad desperdiciada para abordar las limitaciones del NutriScore, replantear la decisión de Consumo y analizar las alternativas disponibles, como el etiquetado desarrollado por Italia, el NutrInform Battery.

Al rechazar la propuesta del Grupo Parlamentario Popular, la Comisión le dio la espalda a los numerosos expertos que han pedido que el Gobierno reevalúe su decisión y tome en cuenta las alternativas que existen al Nutri-Score. A esto mismo se ha referido la diputada por Toledo y portavoz de Consumo del Grupo Parlamentario Popular, Carmen Riolobos. Durante su intervención, Riolobos lamentó que el ministro de Consumo desconozca “la disparidad de etiquetados implantados en diferentes países europeos”. Haciendo alusión a las diferentes iniciativas de Etiquetado Nutricional Frontal (FOPL) que conviven en Europa hasta que la Comisión Europea elija el sistema que se aplicará a nivel comunitario en 2022. Como por ejemplo, el ‘Traffic Light’ en el Reino Unido, el ‘Keyhole’ en los países nórdicos o el NutrInform Battery en Italia.

Tal como explican desde el Grupo Parlamentario VOX, aún no existe una posición común a nivel europeo debido a que no todos los países han optado por un sistema de etiquetado frontal. Tampoco existe un consenso con respecto a cuál es el mejor sistema de etiquetado. De hecho, si bien Garzón defiende su decisión de continuar con la implantación voluntaria de este sistema antes de que la Comisión Europea tome una decisión, el ministro tampoco parece estar totalmente convencido de que este sea el mejor sistema.

En declaraciones a la prensa, Garzón ha reconocido que el Nutri-Score “no es la panacea”. También ha declarado que “el sistema no es perfecto y tiene un déficit en aquellos productos que solo tienen un ingrediente, como el aceite”. Teniendo en cuenta sus declaraciones, surgen interrogantes sobre por qué Consumo insiste en aplicar este sistema, sin cuestionar sus limitaciones y sobre todo, sin tener en cuenta los otros modelos de etiquetado. Un interrogante que también ha planteado Riolobos, quien ha sido contundente al preguntar ante la Comsión qué intereses “esconde Consumo tras su obsesión para, en un momento tan crítico para todos los españoles por la pandemia del Covid 19, la crisis sanitaria y la crisis económica y social, siga empeñado en dañar a nuestros consumidores y a nuestra economía de forma temeraria”.

Otro hecho que causa desconcierto es que las autoridades insistan con aplicar un sistema que se sabe, cuenta con limitaciones. De hecho, el propio ideólogo del NutriScore, el francés Serge Hercber, ha reconocido que el NutriScore cuenta con “lagunas”. El sistema falla al etiquetar alimentos como los cereales azucarados, que obtienen una buena nota gracias a sus fibras naturales que minimizan los componentes negativos asociados al azúcar. Esto se debe a que el algoritmo del Nutri-Score está calculado a partir del porcentaje de determinados nutrientes sobre 100 g o 100 ml, sin considerar la porción, ni el hábito de consumo. Esto, según la doctora Ascensión Marcos, presidenta de la Federación Española de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) genera dudas en el consumidor ya que “la presencia de algunos puntos favorables enmascara los puntos desfavorables”.

La diputada del PP, Carmen Riolobos comparte la idea de que el NutriScore confunde a los consumidores. Riolobos también considera que el sistema «genera controversia científica por la mala clasificación que hace de determinados alimentos básicos de la Dieta Mediterránea, como el aceite de oliva, el jamón ibérico, los quesos y otros productos singularmente españoles de probada calidad saludable, nutricional y dietética».

En ese sentido, Riolobos sugiere que el Gobierno español tenga en cuenta la diversidad de etiquetados que existen en Europa. Después de todo, España no tiene por qué elegir un sistema francés que no se adapta a la dieta española. Es bajo esta premisa que Italia desarrolló su propio etiquetado. El modelo de ‘batería’ conocido como NutrInform Battery ha sido planteado como una alternativa al sistema francés Nutriscore y cuyo objetivo es proteger a los productos mediterráneos. Un objetivo compartido con España y que es particularmente relevante en el contexto actual de la pandemia del Covid-19. Reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la dieta mediterránea podría reducir hasta un 64% el riesgo de contraer coronavirus, según una investigación preliminar del doctor Miguel Ángel Martínez González, epidemiólogo de la UN y experto en nutrición.

El NutrInform Battery indica al consumidor información clara y concisa sobre la presencia de determinados nutrientes en los alimentos, en relación con las necesidades diarias y con un correcto estilo de alimentación, como por ejemplo, una dieta variada y equilibrada como lo es la mediterránea. Para ello, el sistema destaca el porcentaje de calorías, grasas, azúcares y sal por porción individual, en comparación con la cantidad recomendada por la Unión Europea.

Un modelo a seguir para España ya que no solo respeta los productos de la dieta mediterránea, sino que además, permite proteger a toda la cadena alimentaria. Algo fundamental teniendo en cuenta que son muchos los sectores descontentos con la llegada del NutriScore. La Interprofesional del Aceite de Oliva Español, la Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici), Origen España, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceituna de Mesa (Asemesa), se encuentran entre quienes han alzado su voz contra el NutriScore.

Teniendo en cuenta el número creciente de críticas contra el sistema elegido por España, el rechazo por parte de la Comisión de la proposición de no ley presentada por el Partido Popular es un duro golpe para quienes esperan que se adopte un etiquetado justo. Un etiquetado como el italiano, que ponga el foco en los beneficios de la dieta mediterránea. Un etiquetado que no penalice, sino que ponga en primer lugar a los consumidores.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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