Las hembras neandertales huían de la endogamia

Los machos neandertales tendían a permanecer en el núcleo familiar, mientras las hembras se trasladaban a otros grupos para evitar la endogamia, según revela un nuevo estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

De esta manera, el CSIC ha demostrado que los neandertales vivían en grupos de baja diversidad genética en los que la heterogeneidad del ADN era aportada por las mujeres. Esta práctica, que mantienen el 70% de los grupos cazadores-recolectores modernos, se conoce como patrilocalidad.

El hallazgo, publicado en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciencies», se ha realizado gracias al análisis genético de los restos de 12 neandertales descubiertos en la cueva de El Sidrón (Asturias) en 1994, pertenecientes a una comunidad contemporánea que se cree que falleció simultáneamente.

Según los investigadores, ésta es la primera vez que se ha secuenciado el ADN de un número elevado de neandertales de un mismo grupo.

El análisis se ha llevado a cabo sobre el ADN mitocondrial, que se hereda de la madre. Según el artículo, los 12 individuos neandertales pertenecen a tres linajes maternos diferentes: siete de ellos pertenecen al linaje A, otros cuatro al B y un último al C.

Los investigadores descubrieron que la diversidad genética entre las hembras es muy superior a la de los machos. Así, mientras todos los ejemplares masculinos adultos presentan el mismo linaje, cada hembra pertenece a uno diferente. «Este hecho concuerda con la hipótesis de que eran las hembras las que se movían de un grupo a otro», explicó uno de los responsables del trabajo, el paleobiólogo del CSIC Antonio Rosas.

Por analogía con las comunidades modernas que practican la patrilocalidad, el investigador sugiere que «el intercambio tendría lugar durante encuentros puntuales entre los diferentes grupos en lugares comunes y momentos relacionados con la caza».

Para los investigadores, este comportamiento «es una estrategia para disminuir la consanguinidad dentro de una comunidad, y hasta algunas especies de primates la practican».

UN HIJO CADA TRES AÑOS

Según el artículo, el ejemplar juvenil 2 desciende de la hembra adulta 5, mientras que el juvenil 1 y el infantil serían vástagos de la hembra adulta 4.

Si esta hipótesis es correcta, revelaría que los neandertales tenían una media de un hijo cada tres años, cifra que se asemeja a la observada en las sociedades modernas de cazadores-recolectores.

El sexo de los ejemplares se ha establecido morfológicamente en función de sus atributos físicos. Además, un segundo análisis genético del cromosoma y certifica la masculinidad de los adultos machos y de dos de los adolescentes.

En el caso de las hembras, su sexo no puede asegurarse al 100%, ya que la ausencia del cromosoma Y puede deberse al factor intrínseco de no poseerlo por ser mujeres o a que este contenido genético no se haya preservado hasta la actualidad.

No obstante, el equipo no alberga dudas sobre ello, ya que «la ausencia del marcador del cromosoma Y en los restos de los ejemplares catalogados como hembras confirma que la caracterización morfológica se hizo de forma correcta».

El CSIC cree que las conclusiones de esta investigación pueden ayudar a definir las condiciones de supervivencia y fertilidad bajo las que vivieron los neandertales y que, finalmente, dieron lugar a su extinción.

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