Aún no se sabe si los seres humanos cazaron estos animales o si los carroñearon

Los ‘madrileños’ de hace 80.000 años comían carne y médula de elefante

La comunidad científica, hasta ahora, dudaba que la explotación de dicha carne fuera una actividad común en esa época

Los 'madrileños' de hace 80.000 años comían carne y médula de elefante
Reserva de elefantes. EFE

Los habitantes del lugar ocupado hoy por la ciudad de Madrid se alimentaban hace 80.000 años de carne y médula ósea de elefantes, según un nuevo estudio.

Investigadores españoles que excavan en el yacimiento de Preresa, en el valle del río Manzanares, hallaron huesos de paquidermos y otros animales con marcas no documentadas hasta ahora, dijo a BBC Mundo José Yravedra, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid y autor principal del estudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science.

«Encontramos restos de elefantes con una particularidad que no se ha encontrado en muchos sitios y es que presentaban lo que llamamos marcas de cortes», explicó el investigador.

«Estas marcas se producían al descarnar el animal, o sea, cuando para comer la carne utilizaban herramientas de piedra para cortarla y rozar el hueso».

Además de las marcas de corte, aparecieron huesos de elefante con marcas de percusión, que se producen al golpear el hueso con un hacha de mano o canto de piedra con la intención de romperlo para comer el tuétano, la médula ósea».

«Es interesante porque es la primera vez que se documentan marcas con este fin en yacimientos paleolíticos», dijo Yravedra a BBC Mundo.

ELEFANTES

Yravedra y sus colegas comenzaron en 2002 las excavaciones del yacimiento de Preresa, «que pertenece a la época de los neandertales y tiene una cronología de hace 80.000 años».

 

«Cuando empiezas a excavar un yacimiento nunca sabes lo que te vas a encontrar. Hallamos una concentración de herramientas de piedra asociadas a restos de varios animales, elefantes, un bisonte y un tipo de ciervo que ya está extinguido».

En la zona de Madrid donde se ubica Preresa es frecuente encontrar yacimientos con concentraciones de herramientas líticas y huesos de elefantes. «De hecho se conocen desde tiempos muy antiguos y ya desde el siglo XIX se sabía de yacimientos con restos de elefantes».

El investigador señaló que los elefantes en ese momento del Paleolítico podían ser de dos especies: el Mammuthus primigenius más conocido como Mamut, adaptado a vivir en climas más o menos glaciales, y el Paleoxodon antiqus, también llamado Elephas antiqus, una especie de elefante adaptado a climas tropicales o cálidos.

«En Madrid tuvimos los dos tipos de elefantes. Hablamos de períodos cronológicos muy largos con muchas fluctuaciones climáticas».

Los elefantes eran parecidos a los de ahora, según Yravedra, aunque eran de mayor tamaño, con una altura en la cruz de entre cuatro y cinco metros.

«Los elefantes eran herbívoros y los ecosistemas en la época templada serían parecidos a lo que tenemos hoy en día, con la diferencia de que tanto el Manzanares como el Jarama eran ríos más importantes con un volumen de agua mucho mayor».

ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA

Yravedra se especializó en el Paleolítico y en aspectos relacionados con las estrategias que empleaban los seres humanos para sobrevivir.

«Al igual que todas las poblaciones humanas del Paleolítico ellos recolectaban vegetales o cazaban animales. Pero cazar un animal no era fácil. Hay que tener en cuenta que no tenían arcos, flechas o escopetas y su única forma de cazar era con lanzas al acecho».

Cazar un animal requería tal esfuerzo que era necesario aprovechar al máximo la presa, incluyendo la piel, el tuétano, las vísceras y la carne, hasta que ésta comenzaba a pudrirse.

Los investigadores no saben si los neandertales mataban elefantes o si comían animales ya muertos.

«Para animales del tamaño de un bisonte o más pequeños podemos demostrar fácilmente si los seres humanos cazaron estos animales o si los carroñearon, pero en el caso de animales mucho más grandes ésto es más difícil de demostrar».

«NUESTROS ANTEPASADOS»

El yacimiento aún contiene muchos secretos. «Continuaremos excavando para entenderlo bien porque hay huesos de otros animales que presentan procesos de aprovechamiento diferente. También estamos trabajando en yacimientos en África, con lo que son los orígenes de la humanidad».

El investigador cree que el estudio de los neandertales puede llevar a reflexiones muy importantes para las sociedades modernas.

«En aquel momento estas poblaciones eran parte de la cadena trófica, la cadena alimenticia, eran un eslabón más y estaban adaptados, vivían en comunión con su entorno. En nuestra sociedad actual lo que hacemos es sobreexplotar permanentemente el medio y habrá un momento en que se gaste y cuando esto suceda pues a ver qué hacemos».

Yravedra señala que a nivel general existe bastante desconocimiento sobre las poblaciones del pasado. «Al neandertal muchas veces se le representa como un bruto poco evolucionado, inferior al Homo sapiens, pero lo que sabemos actualmente es que era mucho más parecido a nosotros de lo que se imaginaba».

«La capacitación de los neandertales al medio fue total, sobreviviendo en un continente hostil con gran cantidad y variedad de cambios climáticos. Se las ingeniaron para sobrevivir en Europa durante más de 100.000 años».

Para Yravedra, es preciso recordar que se trata de «la historia de nuestros antepasados y son los antepasados de todos. La gente a veces dice que unas razas son superiores o inferiores, pero todos venimos de una única raza que es una misma especie».

 

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