El cambio resulta estar simultáneamente asociado a una mayor susceptibilidad al melanoma
La variación en la apariencia física de las personas no se debe a la existencia de diferentes «razas» humanas biológicamente distintas, sino más bien a la adaptación a diferentes entornos geográficos a lo largo de la Historia.
Todos los seres humanos modernos comparten un ancestro común y forman parte de la misma especie: Homo sapiens.
La variación en la apariencia física de las personas, como el color de piel, ojos, cabello y otros rasgos, es el resultado de adaptaciones a diferentes entornos geográficos a lo largo del tiempo.
Aquí hay algunas aclaraciones importantes:
- No hay razas humanas: La idea de que existen «razas» humanas biológicamente distintas es incorrecta. La genética moderna ha demostrado que las diferencias en la apariencia física entre las personas se deben a una pequeña cantidad de variación genética. La mayoría de las diferencias genéticas entre los seres humanos se encuentran dentro de las poblaciones, no entre ellas.
- Adaptación geográfica: A lo largo de la historia, los seres humanos han migrado y se han adaptado a diferentes entornos geográficos. Estas adaptaciones pueden incluir cambios en la pigmentación de la piel para protegerse de la radiación ultravioleta, la disponibilidad de vitamina D y otros factores ambientales. Por lo tanto, el color de la piel varía en diferentes poblaciones humanas debido a estas adaptaciones locales.
- Ancestros comunes: La evidencia científica respalda la teoría de que todos los seres humanos modernos comparten un ancestro común, que vivió en África hace aproximadamente 200,000 años. A partir de este ancestro, las poblaciones humanas se dispersaron y se adaptaron a diferentes condiciones ambientales, lo que dio lugar a la diversidad de características físicas que vemos en las poblaciones humanas en la actualidad.
EL COLOR DE LOS EUROPEOS
Una mutación genética ocurrida hace entre 30.000 y 50.000 años, después de la salida del homo sapiens de África, es la causa de que los europeos tengan la piel clara.
Eso, según una investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), dirigida por Santos Alonso, sobre más de 1.000 personas de diferentes zonas de España.
El estudio fue publicado en la revista Molecular Biology and Evolution (MBE).
Los autores del trabajo han explicado que el hecho de que el ser humano tenga una piel más o menos oscura y un determinado color de pelo es, en parte, determinado por el gen MC1R, cuya evolución en el sur de Europa ha sido estudiada por los científicos.
Este gen, que regula la síntesis de la melanina, es mucho más diverso en las poblaciones euroasiáticas que en las africanas.
DOS FUERZAS EVOLUTIVAS
Dos fuerzas evolutivas parecen estar actuando sobre el gen MC1R en los europeos del sur.
Por un lado, una presión selectiva tiende a mantener la forma ancestral del gen, que es también la más común en África, es decir, tiende a ir eliminando las mutaciones.
Por otro, una de esas mutaciones, la V60L, que se asocia con la piel clara y el pelo rubio o pelirrojo, aparece en frecuencias más altas de lo esperado.
Los investigadores han estimado la aparición de esta mutación hace 30.000-50.000 años, es decir, después de la salida del homo sapiens de África.
El cambio, según la investigación, pudo resultar muy beneficioso en la adaptación al nuevo medio, ya que la piel clara facilita la síntesis de vitamina D, algo muy necesario cuando, con respecto a África, la radiación ultravioleta es más baja.
«Nuestros datos refuerzan esta idea, aunque se debe seguir investigando«, ha explicado explica Santos Alonso, investigador de la Facultad de Ciencia y Tecnología.
Sin embargo, la mutación resulta estar simultáneamente asociada a una mayor susceptibilidad al melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso.
«La vitamina D es necesaria para el crecimiento, es muy importante para la correcta mineralización de los huesos y el desarrollo del esqueleto, mientras que el melanoma es una enfermedad que aparece en la época post reproductiva«, ha explicado Saioa López, investigadora principal del artículo.
«De cara a la evolución parece que se está favoreciendo la despigmentación a costa de un mayor riesgo a padecer melanoma en la etapa postreproductiva. Es el precio a pagar por garantizar la supervivencia de nuestra especie».