Un gen implicado en la regulación de la serotonina puede predecir muchas de las emociones que afectan a nuestras relaciones
En en España se divorcian al año entre 80.000 y 100.000 parejas.
De parejas gay, porque en nuestro país hace furor el matrimonio homosexual, son aproximadamente el 3% del total, pero en claro crecimiento.
El mayor número de divorcios tuvo lugar en la franja de edad entre 40 y 49 años, tanto en hombres como en mujeres.
La edad media de las mujeres en los procedimientos de divorcio fue de 45,9 años y en los hombres de 48,4.
Y ahora llega la pregunta del millón: ¿por qué?
LAS CLAVES DE LA FELICIDAD
Siempre se ha creído que la complicidad, el compromiso y el no centrar la relación solo en la cama han sido los secretos para que un matrimonio funcione.
Sin embargo, algunos psicólogos estadounidenses podrían haber encontrado verdaderamente el quid de la cuestión: la clave de la felicidad de un matrimonio reside en el ADN.
Según un estudio publicado por las Universidades de Berkeley (California) y la Universidad de Northwestern (Illinois), puede ser el primero en relacionar a la genética con las relaciones maritales.
Dichos psicólogos creen que un gen implicado en la regulación de la serotonina, o la «hormona de la felicidad» como se le denomina en algunos casos, puede predecir muchas de las emociones que afectan a nuestras relaciones
UN GRAN MISTERIO
Uno de los autores principales de este estudio, el psicólogo proveniente de la Universidad de Berkeley, Robert W Levenson, comenta:
«Es un misterio aún sin resolver: ¿qué hace que un esposo esté tan en sintonía con el clima emocional en el matrimonio, y que otro sea tan inconsciente?».
«Con estos nuevos hallazgos genéticos, podemos entender mucho más lo que determina la importancia de las emociones en cada persona».
Los investigadores encontraron al que podría ser el responsable, el alelo conocido como 5-HTTLPR.
Todos los seres humanos heredan una copia de esta variante del gen.
Los participantes en este estudio que tenían dos alelos 5-HTTLPR cortos resultaron ser más infelices en su matrimonio, sobre todo cuando producían una gran cantidad de emociones negativas, como la ira y el desprecio, y más felices cuando mostraban emociones positivas, tales como el buen humor y el afecto.
Por el contrario, los que tienen uno o dos alelos largos, se sentían indiferente en sus relaciones matrimoniales.
«Siempre estamos tratando de encontrar la receta para una perfecta relación, y la emoción sigue apareciendo como un ingrediente importante».
Sin embargo, los investigadores no quieren que todo esto se tome al pie de la letra, ya que no significa que las parejas con diferentes variaciones del 5-HTTLPR sean incompatibles.
Parece que aquellos que tienen el alelo 5-HTTLPR más corto son los que viven las relaciones más intensas, frente a los que los tienen un alelo más largo.
«Los individuos con dos alelos cortos de dicha variante del gen pueden ser como las flores de un invernadero, florecen mucho cuando el clima emocional de un matrimonio es bueno y se extinguen cuando el ambiente es malo,»
Eso comenta otra de las autoras del estudio, la psicóloga Claudia M. Haase, de la Universidad de Northwestern.
«A la inversa, las personas con uno o dos alelos largos son menos sensibles al clima emocional».
«Cada uno tiene sus ventajas y desventajas».