En aquel tiempo, la poliginia generaba un déficit de damas, donde los poderosos desposaban a varias de ellas
Una reciente investigación explica que la propensión de los vikingos a navegar los mares para invadir, saquear y despojar pueblos a su paso se debería a una permanente búsqueda de mujeres solteras para aumentar su cantidad de concubinas y así darse mayor estatus.
Por qué los pueblos nórdicos se aventuraron a expandirse en el siglo VIII es un tema en permanente debate. Una teoría es que Escandinavia podría haber atravesado una etapa de superpoblación por su eficiente agricultura que en su momento ocasionó que el crecimiento demográfico se dispare y esto, a su vez, genere una presión por buscar nuevas tierras. Otra explicación fue el declive comercial tras la caída de Roma en el siglo V, donde sintieron la necesidad de buscar otras formas de nutrirse y hallar recursos de intercambio. Otra de las hipótesis da cuenta de sus los avances navales de los vikingos y la debilidad momentánea que enfrentaban regiones aledañas.
La nueva teoría plantea que la causa principal no sería nada de lo señalado, sino más bien el sexo. En aquellos tiempos —entre 750 y 1050 a.C.— los vikingos practicaban la poliginia. En sus sociedades, los ricos y más poderosos, en el pico de la escala social, tenían muchas mujeres y concubinas. Para los investigadores de este trabajo, de la Universidad Simon Fraser de Canadá, existe la posibilidad de los jóvenes vikingos hayan ido en busca de mujeres para reafirmar su estatus.
La hipótesis se apoya en hallazgos arqueológicos como tumbas antiguas y cuentos Nórdicos llamados ‘sagas’, típicos de aquella época. Estas tumbas antiguas estaban llenas de hombres jóvenes, y por lo que se ve en sus armas y otros botines hallados en estos sitios arqueológicos, se concluye que lo más buscado por estos saqueadores era esclavos y bienes —un hecho de lo que se da cuenta en las sagas. Estos bienes incrementaban el poder, lo que a su vez, aumentaba la posibilidad de casamientos múltiples. Dichas características eran compartidas en muchas sociedades de la época e incluso se mantienen hasta hoy (cuando compramos autos o iPhones para lograr cierto status), indicó a Live Science Charles Choi, uno de los coautores del estudio.
La diferencia, sin embargo, está en las mujeres. En aquel tiempo, la poliginia generaba un déficit de damas elegibles, donde los poderosos tomaban a varias de ellas y los vikingos promedio se quedaban con las manos vacías. Esta ‘monopolización’ de mujeres habría animado a los desfavorecidos a tomar riesgos para incrementar su riqueza y poder para así, a su vez, encontrar más mujeres para ellos.
El equipo también sugirió que los hombres poderosos —aquellos que ya tenían esposas y riqueza— posiblemente también se unieron a las invasiones, brindando liderazgo, sustento económico y otros tipos de apoyo a las bandas jóvenes de saqueadores a cambio de mayores beneficios y riquezas halladas en el camino. Hasta mujeres jóvenes, dice el trabajo, se habrían unido a los saqueos porque estos acababan siendo una forma de vida viable, produciendo poder e influencia en una cultura competitiva —aunque aún se sabe poco a ciencia cierta de las motivaciones de las mujeres en dicha empresa. La afirmación, dice el trabajo, es por el momento una hipótesis y más restos arqueológicos son necesarios para revelar y confirmar estos nuevos detalles de la fascinante cultura vikinga.
Un caso opuesto a esta presunción —donde aparentemente la carencia de mujeres despierta un comportamiento violento en los hombres vikingos— se dio en Estados Unidos recientemente. Un estudio en más de 3.000 condados reveló que ante un mayor número de mujeres, el índice de violencia masculina y criminalidad aumentó significativamente —una conclusión totalmente opuesta a lo que asumían las autoridades de aquel país.