Además de Ceuta y Melilla, Las Palmas y Almería son las únicas provincias que tienen a menos del 15% de su población en edad de jubilarse
Cuenta Sergio del Molino en su ensayo ‘La España vacía’ que hay un país dentro de la otra España en el que la densidad de población está en los niveles de Laponia.
Ocupa más de 268.000 kilómetros cuadrados, más de la mitad de la superficie nacional, y apenas contiene al 15% de la población.
Si se descuentan las capitales de provincia, no concentra ni al 10% de la población española.
La ‘España vacía’ está cada vez más vacía. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), hay cuatro provincias españolas que llevan ocho años consecutivos perdiendo población.
Ni siquiera en los últimos coletazos del boom económico español, Lugo, Palencia, Orense y Zamora consiguieron sumar habitantes. Y sus consecuencias se notan cada vez más: una población más envejecida y menos niños en sus calles. Y ningún síntoma de que la situación vaya a dar un vuelco.
Orense es la provincia más «vieja» de España. El año pasado, más del 30% de sus habitantes tenía más de 64 años, según el INE.
Aunque la proporción ha ido aumentando paulatinamente, lo cierto es que lleva siéndolo mucho tiempo ya que diez años antes, en 2006, la proporción de mayores de 64 existentes en la provincia ya era del 28%.
Los máximos exponentes de la ‘España vacía’ acompañan a Orense como provincias más envejecidas: Zamora, Lugo, León, Salamanca, Soria y Ávila también tienen a más de un 25% de su población por encima de los 65 años.
Orense supera los 50 años de media
En 2016, sus habitantes tenían de media 50,05 años, convirtiéndose en la primera provincia española en superar el medio siglo de edad media de sus ciudadanos, frente a los 42,7 de media nacional.
Le sigue muy de cerca Zamora, con 49,86 años de media entre su población. Por encima de los 47 años, están otras seis provincias de la España vacía: Lugo, León, Asturias, Palencia, Salamanca y Soria.
Con estas medias de edad y la pérdida de población registrada en los últimos años, no es de extrañar que en algunas provincias el nacimiento de un niño casi sea una noticia.
En Soria, la provincia con menos nacimientos, en 2016 no llegaron ni a los dos bebés nacidos al día, al registrar 626 a lo largo de todo el año. Con éste, son seis los años consecutivos en los que Soria no ha alcanzado los dos nacimientos diarios.
Zamora, con 930 niños nacidos en 2016, es la otra provincia que se queda por debajo de los 1.000 niños al año, aunque Palencia (1.047 niños) y Teruel (1.059) tampoco llegan a los tres nacimientos diarios. En términos relativos, Zamora también está a la cola de la natalidad, al registrar 5 nacimientos al año por cada mil habitantes.
En 2015, 15 provincias aumentaron habitantes
Frente a esta España vacía, envejecida y sin niños, hay otra España mucho más dinámica demográficamente hablando, que se concentra en el Mediterráneo y Madrid y que no tiene nada que ver con la otra.
Según el INE, en 2015, sólo 15 provincias aumentaron su número de habitantes. Baleares, Almería y Madrid fueron las que más crecieron en relación a su cifra de habitantes. Y también ganaron población: Málaga, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Álava, Barcelona, Melilla, Murcia, Navarra, Girona, Guipúzcoa, Sevilla y Alicante.
Las mayores tasas de natalidad también se concentran en la misma zona: Melilla, con 17 nacimientos por cada mil habitantes, está a la cabeza, seguida de Ceuta, con más de 12.
Por detrás de las ciudades autónomas vuelven a estar las mismas que antes: Almería y Murcia, que superan los 10 nacimientos por cada mil habitantes, duplicando la tasa de Zamora. Además, Sevilla, Madrid, Girona y Ávila superan los 9,5 nacimientos por cada mil habitantes.
Las dos ciudades autónomas son también las menos envejecidas tanto en términos absolutos (registran las menores edades medias, muy lejos de los 40 años que tienen el resto de provincias excepto Murcia y Almería) como relativos (la población mayor de 64 años es en ambos casos ligeramente superior al 10% del total).
Además de Ceuta y Melilla, Las Palmas y Almería son las únicas provincias que tienen a menos del 15% de su población en edad de jubilarse.
Estos datos ponen de manifiesto la existencia de ‘dos Españas’ demográficas. Aunque el envejecimiento de población es un fenómeno a escala nacional, en algunos puntos es acuciante: apenas nacen niños y muchos jóvenes acaban por emigrar, con lo que la tasa de natalidad es bajísima.
Además, en algunas de estas zonas combinan este estancamiento demográfico con muchas viviendas sin vender, así que en buena parte de Castilla- La Mancha y Extremadura será difícil terminar con el stock de vivienda nueva disponible sin una inmigración numerosa, algo que no se espera que ocurra.