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Pareja: ¿Te has preguntado si elegiste a la persona adecuada?

¿Elegiste conscientemente a tu pareja? ¿Elegiste bien? ¿Por qué es tan importante el inicio de una relación de pareja?

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¿Por qué es tan importante el inicio de una relación de pareja?

Respuesta sencilla: porque es en ese momento en el que elegimos, es ahí cuando se produce una elección que más adelante condicionará el curso de los acontecimientos de manera determinante.

No es nada habitual que la elección de pareja sea consciente, ni mucho menos racional. Si lo fuera, como lo son muchas otras elecciones que hacemos a lo largo de la vida, otro gallo cantaría…

Ocurre muy a menudo en terapia de pareja que uno o ambos miembros de la relación se dan cuenta de que, si pudieran elegir a su compañero de viaje en el momento vital en el que se encuentran, no repetirían su elección.

Es decir, se dan cuenta de manera fehaciente de que por nada del mundo escogerían a esa persona a quien tienen al lado. La quieren, sí… Pero no la elegirían. Es más, ya les gustaría no tener tanta historia en común para poder romper con más facilidad y menos ataduras. Tomar conciencia de esto es muy duro, para ambos, pero sin duda es también un paso necesario para librarse de algunos pesados anclajes que impiden nuestro crecimiento personal y tomar decisiones resolutivas.

Es fuerte decirlo, también es políticamente incorrecto y casi un tabú, habida cuenta de la importancia que en nuestra sociedad se le concede a la pareja y a la familia; pero así es: la relación de pareja, en muchas ocasiones, se convierte en un lastre que condiciona dramáticamente la vida de quienes se ven atrapados en ella.

¿En qué momento se produjo el error? Puede ser que las circunstancias de vida de uno o de los dos miembros de la pareja hayan cambiado recientemente, puede que ambos partieran de un proyecto más o menos afín pero experimentaran después un desarrollo vital diferente optando por caminos muy dispares, o puede ser que la elección fuera ya errónea desde el principio mismo de la relación.

Sabemos, y así lo abordamos en terapia, que la pareja es un sistema dinámico en el que podemos intervenir, en el que existe un amplio margen para el cambio y para el ajuste. Pero, precisamente porque ambos integrantes de un mismo sistema están en constante movimiento y se influyen mutuamente, muchas de las actitudes que desde un principio se obvian o se normalizan pasan después a ser graves condicionantes y fuentes de sufrimiento en la vida de las personas.

Si eligiésemos con cabeza a la persona con la que queremos iniciar una relación de pareja es posible que nos asegurásemos un mejor porvenir.

Al menos, como mínimo minimísimo, evitaríamos uno de los errores más frecuentes que se cometen en el enamoramiento: elegir a aquél con quien hay mucha química y mucha mariposa en el estómago en un primer momento pero con quien, más allá de la diversión inicial, no hay nada más que podamos compartir ni hay estilos de vida compatibles; ese con quien en el medio y largo plazo verdaderamente no tendremos nada en común. Ese mismo es el que suele tener, de hecho, un perfil de personalidad incompatible con el nuestro y unos esquemas de vida imposibles de compenetrar con los nuestros.

Por todo esto, y a pesar de que pueda resultar frío y calculador, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Hay algo que podamos hacer para garantizarnos que esa elección es adecuada? En definitiva, ¿existe alguna fórmula para elegir bien?

Pues bien, aunque las fórmulas magistrales no existen, y sabiendo que no es razonable hacerle el tercer grado a nadie desde el primer minuto, lo que sí que sabemos a través del estudio psicológico de las parejas longevas, plenas, sanas y satisfactorias es que hay algunos aspectos de la persona a la que elegimos como pareja que prácticamente nos puede garantizar el éxito en la elección. Lo ideal es no generar grandes expectativas desde muy pronto, pues lo más normal del mundo es que sean irreales, y fijarse en los primeros meses de relación en las siguientes cuestiones.

  • ¿Es una persona capaz de convivir con otros con cierta flexibilidad y tolerancia?
  • ¿Es capaz de establecer nuevas relaciones sociales y de mantener aquellas que ya tiene?
  • ¿Es capaz de identificar sus emociones y expresarlas de manera no agresiva?
  • ¿Es una persona capaz de asumir responsabilidades?
  • Aunque no tengáis exactamente la misma ideología, ¿tiene un sistema de valores compatible con el tuyo?
  • Aun sabiendo que todo puede cambiar en la vida, ¿hay actividades con las que disfrutéis juntos?
  • ¿Hay temas de conversación que os interesan a los dos?
  • ¿Sois capaces de escucharos, aunque no estéis de acuerdo?

¿Todo SÍ? ¿Has hecho pleno? Pues adelante, en el futuro las cosas pueden cambiar, pero hoy por hoy la elección sí es acertada.

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Autor

Ana Villarrubia

Ana Villarrubia es Psicóloga Sanitaria, directora del centro sanitario 'Aprende a Escucharte', docente en la rama clínica de la psicología, escritora y colaboradora en múltiples medios de comunicación.

Experto
Ana VillarrubiaPsicología

Ana Villarrubia Mendiola es Psicóloga Sanitaria, Experta en el tratamiento de trastornos de personalidad, Experta en terapia de pareja, Especialista en Psicoterapia y Psicodrama, docente en diversos másteres de psicología clínica y terapia cognitivo-conductual, y divulgadora en múltiples medios de comunicación, directora del Centro de Psicología ‘Aprende a Escucharte’, en Madrid, y autora del libro ‘Borrón y cuenta nueva: 12 pasos para una vida mejor’.

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