Diferentes tonalidades: generalmente, las uñas sanas son de un color rosado y tienen un media luna blanca en la base.
Sin embargo, un cambio de tonalidad puede alertarte sobre un problema de salud oculto:
- Tonalidad verdosa o amarillenta: señal de infecciones bacterianas.
- Uñas blancas: cuando las uñas presentan unas manchas blancas, puede ser un signo de problemas hepáticos. Por otro lado, cuando son blancas y rosas en partes iguales, esto puede ser causado por una afección al riñón.
- Coloración rojiza: esta tonalidad en la base de las uñas, puede ser signo de alguna insuficiencia cardíaca. De la misma manera, si notamos la aparición de rayas rojas en el lecho de la uña, podría haber una infección en las válvulas del corazón.
- Tonalidad azulado o morado: esto se debe a la falta de oxígeno en la sangre, algo que revelaría una dolencia cardíaca o, incluso, algún tipo de trastorno pulmonar. También, la ingestión de sustancias tóxicas podría manifestarse de esta manera.
- Uñas quebradizas: si bien unas uñas quebradizas pueden consecuencia de un mal hábito de comérselas, también puede ser producto de otros factores externos como utilizar productos de limpieza sin proteger las manos o abusar de los quitaesmaltes, por ejemplo. Sin embargo, en ocasiones pueden ser síntoma de un problema de salud y pueden indicar lo siguiente: deficiencia de ácido fólico, vitamina C y proteínas; desnutrición o anemia; y si además de quebradizas tienen agujeros, una psoriasis.
- Uñas con forma cóncava: también conocidas como «uñas cuchara», podrían estarte avisando que tienes una anemia ferropénica, o sea, falta de hierro; o bien, caso contrario, un trastorno hepático llamado hemocromatosis, que es cuando el cuerpo absorbe este componente en exceso.
Si te has sentido identificado con alguno de estos casos, si bien pueden existir alternativas y remedios naturales, lo mejor es que acudas ante un experto.
Mejor prevenir, que lamentar.
