El descubrimiento fue posible a las herramientas de antropología virtual y morfometría geométrica 3D

Arqueólogos descubren que el Homo antecessor tuvo hombros parecidos a los humanos

Hace casi un millón de años, la evolución ya había logrado casi por completo todas las capacidades biomecánicas que caracterizan al hombro de los humanos modernos

Arqueólogos descubren que el Homo antecessor tuvo hombros parecidos a los humanos
Homo antecessor PD

Un descubrimiento arqueológico permite conocer que la forma de nuestros hombros ya estaba presente en el Pleistoceno inferior.

Así lo revelan los restos óseos de la especie Homo antecessor, datados en 850.000 años.

El estudio del hombro, técnicamente denominado «cintura escapular», proporciona información sobre aspectos relevantes de la evolución humana como la locomoción, la forma del cuerpo, la posibilidad de trepar con facilidad o la habilidad para lanzar objetos con notable precisión (piedras, jabalinas, etc.).

Los paleoantropólogos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) han podido estudiar por primera vez el crecimiento y desarrollo de los hombros de este ancestro humano utilizando herramientas de antropología virtual y morfometría geométrica 3D.

Los resultados, publicados en Scientific Reports, muestran que la trayectoria del desarrollo del hombro de esta especie ya era muy similar al de Homo sapiens, aunque el crecimiento pudo ser algo más rápido.

Hace casi un millón de años nuestra evolución ya había logrado casi por completo todas las capacidades biomecánicas que caracterizan al hombro de los humanos modernos y se había alejado definitivamente de las habilidades que aún conservaron las especies más arcaicas de la filogenia humana, como trepar con enorme agilidad.

Para averiguar los cambios experimentados por esta parte de nuestra anatomía es necesario contar con un hueso plano: el omóplato o escápula. Pero, como señalan los autores de esta investigación, «el registro fósil de nuestra filogenia apenas cuenta con un puñado de estos huesos fósiles tan delicados, lo que ha dificultado sobremanera el estudio del crecimiento y desarrollo de los hombros durante la evolución humana».

Por fortuna, en el nivel TD6 del yacimiento de Gran Dolina, situado en la sierra de Atapuerca (Burgos), se han conservado dos escápulas: una de ellas perteneció a un individuo infantil y la otra a un individuo de edad equivalente a la de un adolescente actual. Estos fósiles se obtuvieron durante la excavación de la primera década del siglo XXI y pertenecieron a la especie Homo antecessor.

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