Los resultados obtenidos suponen una relevante contribución a la comprensión de las dinámicas de poblamiento y patrones de asentamiento

Iberia fue el refugio que buscó el Homo Sapiens durante la última glaciación

Los nuevos datos para demostrar la teoría provienen de la excavación arqueológica del yacimiento de Peña Capón

Iberia fue el refugio que buscó el Homo Sapiens durante la última glaciación
Homo Sapiens PD

El interior peninsular ibérico fue el gran refugio para los humanos anatómicamente modernos desde hace al menos 26.000 años. Este proceso se desarrolló a pesar de las rigurosas condiciones climáticas y ambientales impuestas por los picos más fríos de la última glaciación.

Los nuevos datos para demostrar la teoría provienen de la excavación arqueológica del yacimiento de Peña Capón (Muriel-Tamajón, en Guadalajara), donde se desarrollan trabajos de campo desde 2015.

El yacimiento se encuentra en un abrigo rocoso a orillas del río Sorbe (cuenca alta del Tajo), que alberga un depósito sedimentario con restos materiales correspondientes a cazadores-recolectores que ocuparon la región entre hace al menos 26.100 y 23.800 años.

Los portadores de las tradiciones culturales Solutrense y Proto-Solutrense (y quizá Gravetiense), estos grupos utilizaron el abrigo como lugar de hábitat estacional, con una función mayoritariamente centrada en la caza y procesado de las presas.

Los resultados obtenidos suponen una relevante contribución a la comprensión de las dinámicas de poblamiento y patrones de asentamiento de los primeros grupos de Homo sapiens que llegaron a la Península Ibérica desde el continente africano, hace unos 42.000-43.000 años.

A pesar de que la interpretación asumida tradicionalmente dibujaba una meseta despoblada durante la mayor parte de este proceso debido a la rigurosidad que imponía el clima continental y la relativa altitud del interior mesetario en comparación con las regiones costeras, los datos obtenidos en Peña Capón permiten asentar un modelo alternativo.

Y es que, según el nuevo estudio, las primeras ocupaciones registradas en este abrigo hace 26.100 años, hasta ahora sin parangón en el interior peninsular, se produjeron precisamente durante el llamado Evento de Heinrich 2, el cual registró el momento de frío más intenso del último ciclo glaciar, tal como también se ve reflejado en los datos de polen y microfauna obtenidos en el propio yacimiento.

«Aunque es cierto que hasta el momento no se han confirmado evidencias más antiguas de humanos modernos en el centro peninsular, y por tanto sigue existiendo un amplio vacío poblacional desde la desaparición de los últimos neandertales en la región hace unos 42.000 años, los resultados que acabamos de publicar empujan a preguntarse qué impediría entonces a los primeros humanos modernos asentarse en las tierras del interior desde su primera llegada a la Península Ibérica, si el máximo frío de la última glaciación no lo hizo», explica Manuel Alcaraz Castaño, profesor de la UAH y coordinador del proyecto MULTIPALEOIBERIA.

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