Los antiguos romanos transportaban alimentos, tropas, caballos y maquinaria de guerra como catapultas y arietes por el Mar del Norte. Así lo demuestra el ancla que han hallado trabajadores de Iberdrola en trabajos de prospección en el fondo marino donde se ubica el parque eólico East Anglia ONE, uno de los mayores del mundo. Tiene más de dos metros de longitud, pesa 100 kilogramos y procede de un barco de casi 600 toneladas de la Classis Britannica, la flota regional de la provincia romana de Britania y la primera armada de Gran Bretaña. Operó desde mediados del siglo I hasta mediados del siglo III. El ancla, de hierro forjado, estaba a unos 40 kilómetros de la costa de Suffolk y tras ser recuperada del mar, se va a exponer en museos locales.
No es el único hallazgo histórico y arqueológico en el parque eólico marino East Anglia ONE. Buzos de Iberdrola han hallado un submarino alemán desaparecido mientras patrullaba durante la Primera Guerra Mundial. Cien años después está casi intacto. Y también se han recuperado numerosos artefactos de la Edad de Bronce, la Edad de Hierro, la época romana y la época medieval durante los trabajos de excavación en tierra en más de 50 lugares. Entre ellos, un monumento prehistórico de hace más de 4.000 años y un antiguo cráneo de ganado salvaje fechado por radiocarbono con más de 6.000 años de antigüedad.
El director general de ScottishPower Renewables, Ross Ovens, ha asegurado que “como parte del grupo Iberdrola, nos enorgullecemos de la sensibilidad con la que abordamos nuestros proyectos en alta mar en todo el mundo para garantizar la protección y preservación de su entorno y su patrimonio”. Según Ovens, “es la guinda del pastel si tenemos en cuenta los beneficios que East Anglia ONE aporta: electricidad limpia para cientos de miles de hogares; inversiones regionales que han contribuido a impulsar a las empresas y a los proveedores locales, así como a la creación de miles de puestos de trabajo; y un exitoso programa de capacitación y educación. Es un historial brillante”.
