Un grupo de científicos quiere atravesar por primera vez en la historia la corteza terrestre

Dentro de 10 años el hombre iniciará el viaje al centro de la Tierra

El llamado 'manto' del planeta está bajo cuatro kilómetros de agua y seis de roca

El proyecto utilizará, posiblemente, una tecnología japonesa llamada Chikyu, y será terriblemente caro, pero no tanto como lanzar un cohete a la Luna

El 23 de marzo de 1961, poco después de que los Beatles tocaran por primera vez en Liverpool, el novelista estadounidense John Steinbeck zarpaba desde San Diego rumbo a uno de los mayores desafíos de la historia de la ciencia.

Como relata  Manuel Ansede en Público, Steinbeck, que ya había triunfado con Al este del edén y Las uvas de la ira y admiraba a Julio Verne, se había colado como reportero de la revista Life en el CUSS I, un enorme barco que partía «con el balanceo de un pato» con la misión de pararse a 250 kilómetros de California, quedarse allí congelado como si navegase sobre cemento, superar 3.800 metros de agua, llegar al fondo marino con una cabeza perforadora y rascar.

Los habitantes de la cercana isla de Guadalupe, un grupo de transmisiones por radio del Ejército mexicano, comenzaron en seguida a difundir rumores, que recogió el propio Steinbeck:

«Sospechan que estamos extrayendo diamantes, reconociendo el terreno para construir plataformas de misiles o buscando un tesoro de un naufragio. Todavía no han encontrado una manera de vincularnos a algo relacionado con el sexo, pero lo harán».

Sin embargo, el proyecto, bautizado Mohole, era únicamente el primer intento humano de llegar a la segunda capa de la Tierra, el manto. Y fracasó.

Medio siglo exacto después de aquella aventura, un grupo de científicos quiere volver a intentarlo. El ser humano ha recorrido 400.000 kilómetros por el espacio hacia la Luna, ha paseado por su superficie y ha traído de vuelta a la Tierra rocas lunares, casi sin despeinarse.

Sin embargo, nuestra especie ha sido incapaz hasta la fecha de obtener una muestra directa del manto terrestre.

EL NUEVO PROYECTO

A pesar de las dificultades -hay que atravesar alrededor de seis kilómetros bajo la superficie del mar-, los dos responsables de esta misión, Damon Teagle, de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y Bennot Ildefonse, de la Universidad de Montpellier (Francia), afirman esta semana en la revista «Nature» que ya disponemos de la tecnología para realizar perforaciones y que los trabajos podrían comenzar dentro de una década.

Sin tener en cuenta los «pequeños detalles» literarios como los monstruos legendarios , Julio Verne podría volver a dar en la clavo.

El manto constituye la mayor parte de nuestro planeta. Se extiende desde la parte inferior de la corteza terrestre -de 30 a 60 kilómetros bajo los continentes, pero solo seis kilómetros bajo los océanos- hasta el núcleo por debajo de los 2.890 kilómetros.

Los científicos quieren recuperar el «proyecto Mohole», ya que consideran que una muestra recuperada del manto es «un tesoro comparable a las rocas lunares del Apolo».

Explica Judith de Jorge en ABC que en los próximos cinco años, se realizarán mediciones en tres localizaciones del Océano Pacífico que podrían ser los lugares donde se lleven a cabo las perforaciones, las costas de Hawai, Baja California y Costa Rica.

El proyecto utilizará, posiblemente, una tecnología japonesa llamada Chikyu, y será terriblemente caro, «pero no tanto como lanzar un cohete a la Luna», señalan los investigadores.

Sin encuentran los fondos necesarios, están convencidos de que la misión puede comenzar durante esta década y ser completada en quince años. El mes que viene, una expedición será enviada al Pacífico.

«El reto más complejo»

El manto tiene alrededor del 68% de la masa del planeta. Su volumen hace que el conocimiento exacto de su composición sea esencial para la comprensión de cómo se formó la Tierra.

Algunas piezas del manto han sido empujadas hasta la superficie de la Tierra durante la formación de montañas tectónicas y otras ha sido expulsadas por los volcanes en erupción. Estas piezas muestran que la capa está compuesta principalmente de rocas peridotitas, ricas en magnesio, y sugieren que la composición del manto varía de un lugar a otro, pero la magnitud de esta variación no está clara.

Además, las muestras disponibles han sido químicamente alteradas por los procesos que las trajeron a la superficie o por la exposición al agua de mar, por lo que encontrar el manto intacto sería de gran utilidad. «Perforar el manto es el reto más complejo en la historia de las Ciencias de la Tierra», aseguran los investigadores.

 

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