TESOROS LEJANOS

¿Un negocio sideral? Ir como un cohete a recoger diamantes en Júpiter y Saturno

A bajas altitudes, en esas atmósferas, incluso cae una lluvia de diamante líquido

Júpiter y Saturno
Júpiter y Saturno. NASA

Júpiter y Saturno tienen atmósferas inhóspitas para los seres humanos, con condiciones extremas de presión, temperatura y composición química.

Las misiones espaciales a estos planetas han sido ejecutadas hasta ahora con sondas robóticas, ya que son demasiado peligrosos para la exploración humana directa, pero todo puede cambiar.

Júpiter y Saturno están mucho más lejanos que Marte, por ejemplo, por lo que los tiempos de viaje son considerablemente más largos:

  1. Júpiter: Júpiter es el planeta más grande del Sistema Solar y se encuentra a una distancia promedio de aproximadamente 484 millones de kilómetros (unos 300 millones de millas) de la Tierra. El tiempo de viaje a Júpiter depende de la posición relativa de la Tierra y Júpiter en sus órbitas. En promedio, una misión espacial tripulada podría tardar de 6 a 9 meses en llegar a Júpiter utilizando la energía de propulsión actual y una ruta de transferencia Hohmann.
  2. Saturno: Saturno es otro gigante gaseoso y está aún más lejos que Júpiter. Se encuentra a una distancia promedio de aproximadamente 1.4 mil millones de kilómetros (unos 886 millones de millas) de la Tierra. Una misión tripulada a Saturno podría tomar varios años en llegar, dependiendo de la tecnología y la ruta utilizada. En condiciones actuales, podríamos estar hablando de al menos 7 años de viaje o más.

UN DESTINO HOSTIL E INHOSPITO

  1. Júpiter: La atmósfera de Júpiter está compuesta principalmente de hidrógeno y helio, con trazas de otros gases y elementos. Tiene una atmósfera muy densa y turbulenta, con bandas de nubes y tormentas, incluyendo la famosa Gran Mancha Roja. La presión y la temperatura aumentan drásticamente a medida que se profundiza en la atmósfera, y eventualmente, se transforma en una región gaseosa densa antes de alcanzar el núcleo sólido (si es que existe).
  2. Saturno: La atmósfera de Saturno es similar a la de Júpiter en muchos aspectos. Está compuesta principalmente de hidrógeno y helio, con trazas de otros gases. También muestra bandas de nubes y un sistema de anillos impresionante. La presión y la temperatura aumentan a medida que se desciende en la atmósfera, pero Saturno no tiene una superficie sólida visible bajo las capas de nubes.

TESOROS LEJANOS

Las profundas atmósferas de Júpiter y Saturno esconden un tesoro.

Trozos de diamantes de buen tamaño flotan en el fluido de helio e hidrógeno de estos planetas y, a bajas altitudes, incluso cae una lluvia de diamante líquido, según una nueva investigación de científicos planetarios estadounidenses.

Si bien se conoce desde hace 30 años que el diamante puede ser estable en los núcleos de Urano y Neptuno, demasiado fríos como para derretirlo, se creía que Júpiter y Saturno, por el contrario, eran demasiado calientes o no tenían condiciones adecuadas para la precipitación de diamantes sólidos.

Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que estas piedras preciosas pueden estar flotando en el interior profundo de estos dos últimos planetas, algunos creciendo hasta el punto de tener el tamaño de iceberg.

INVESTIGACIÓN

Los investigadores Mona L. Delitsky, del California Specialty Engineering en Pasadena, California, y Kevin H. Baines, de la Universidad de Wisconsin-Madison, compilaron datos recientes sobre las fases del carbono de Júpiter y Saturno y las combinaron con diagramas de presión-temperatura.

Concluyen que el carbono elemental generado en las enormes tormentas es triturado en diamantes que se mantienen estables en el interior profundo de estos mundos.

Cerca del núcleo de los planetas, a altitudes por debajo de las regiones en las que el diamante es estable, las presiones y las temperaturas son tan grandes como para fundir el diamante en líquido, creando una ‘lujosa‘ lluvia diamantina.

En un libro ‘Mares alienígenas‘, (Springer, 2013) , editado por un reconocido artista en temas espaciales llamado Michael Carroll, aparece un capítulo de Baines y Delitsky titulado ‘Los Mares de Saturno‘.

Utilizando estos nuevos datos, se describe una historia sobre naves robóticas mineras que navegan en el profundo interior de Saturno en un futuro lejano y recogen trozos de diamante.

Las ilustraciones muestran cómo las articulaciones de las sondas llegan a capturar y recoger los diamantes para el transporte a la Tierra.

 

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