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Descubren los restos más puros del mundo jamás encontrados del meteorito de Chicxulub

El depósito de Gorgonilla es especial en muchos otros aspectos

Descubren los restos más puros del mundo jamás encontrados del meteorito de Chicxulub
Meteorito Pixabay/ Imagen ilustrativa

El cráter de Chicxulub es un antiguo cráter de impacto cuyo centro aproximado está ubicado al noroeste de la península de Yucatán, en México.1​ Este centro se encuentra cerca de la población de Chicxulub, a la que el cráter debe su nombre. La traducción al español del nombre en lengua maya del poblado, que se encuentra al oriente del puerto de Progreso en Yucatán, es «pulga del diablo».

El cráter mide más de 180 km de diámetro, formando una de las zonas de impacto más grandes del mundo; se estima que el meteorito que formó el cráter medía al menos diez km de diámetro. Fue descubierto por Antonio Camargo Zanoguera y Glen Penfield, geofísicos que trabajaban en Yucatán para la empresa paraestatal de Petróleos Mexicanos en busca de yacimientos de petróleo a finales de la década de 1970. Inicialmente, no se pudo encontrar pruebas que evidenciaran que esa inusual estructura geológica era, en realidad, un cráter de impacto, por lo que se abandonaron las investigaciones.

A través de su contacto con Alan Hildebrand, un geólogo canadiense, Penfield y Camargo fueron capaces de obtener muestras que sugerían que el cráter había sido consecuencia de un impacto. Las pruebas de un origen por impacto del cráter incluyen «cuarzo chocado», una anomalía gravitatoria y la presencia de tectitas en el área circundante. También la presencia de iridio y en ocasiones de platino como metal asociado.

La edad de las rocas y los análisis isotópicos mostraron que esta estructura data de finales del período Cretácico, hace aproximadamente 65 millones de años. La principal evidencia es una delgada capa de iridio encontrada en sedimentos del límite K/T en varios afloramientos de todo el mundo. El iridio es un metal escaso en la Tierra, pero abundante en los meteoritos y asteroides.

Recientemente se ha reafirmado la hipótesis de que el impacto es el responsable de la extinción masiva del Cretácico-Terciario. En efecto, entre las consecuencias del choque destaca la extinción de diversas especies, como lo sugiere el límite K/T, aunque algunos críticos argumentan que el impacto no fue el único motivo ​ y otros debaten si en realidad fue un único impacto o si en la colisión de Chicxulub participaron una serie de bólidos que podrían haber impactado contra la Tierra aproximadamente al mismo tiempo.

Las pruebas recientes sugieren que el objeto podría haber sido una parte de un asteroide mucho más grande que, tras una colisión en el espacio distante hace más de 160 millones de años, se dividió en una familia de asteroides más pequeños, la familia de Baptistina.

La Isla de Gorgonilla, situada a 35 km de la costa pacífica del norte de Colombia, es un islote deshabitado de unos dos kilómetros cuadrados cubierto por un bosque húmedo tropical y rodeado de arrecifes coralinos. En una de sus playas aflora una delgada capa geológica de 2 cm formada por pequeñas esférulas de roca, llamadas tectitas, que tienen el aspecto de minúsculas perlas de vidrio natural, según recoge SINC.

Según un estudio publicado en la revista Geology, estas formaciones son en realidad salpicaduras de roca fundida que fueron expulsadas desde el cráter de Chicxulub mientras se formaba, solidificadas luego en el espacio exterior y esparcidas por todo el planeta a modo de lluvia. Lo excepcional de la capa de Gorgonilla es que muchas tectitas han permanecido vítreas, a pesar de tratarse de un material que se transforma rápidamente a minerales más estables.

Estas formaciones son salpicaduras de roca fundida expulsadas desde el cráter de Chicxulub mientras se formaba, solidificadas luego en el espacio exterior 

El director del Centro de Geocronología de Berkeley, Paul R. Renne, realizó dataciones radiométricas aplicando el método 40Ar/39Ar sobre 25 tectitas puras y obtuvo una antigüedad promedio de 66,05 millones de años. Esta edad es indistinguible de la edad del límite Cretácico/Terciario (también llamado K/T) de 66,04 millones de años.

El depósito de Gorgonilla es especial en muchos otros aspectos. Las esférulas de impacto viajaron 2.000 km para depositarse en el fondo de un océano a más de 2 km de profundidad, muy lejos de cualquier continente. Estas grandes profundidades se sitúan por debajo del llamado nivel de compensación de la calcita, una barrera geoquímica bajo la cual el agua es suficientemente ácida como para disolver las pequeñas conchas carbonatadas de los foraminíferos planctónicos.

Por ello, estos microfósiles están ausentes en la mayor parte de los 40 metros de rocas estudiados, excepto, sorprendentemente, en el primer metro de rocas situado sobre la capa de tectitas. Es en este primer metro donde el equipo de la Universidad de Zaragoza ha identificado las especies de foraminíferos planctónicos que evolucionaron justo después de la extinción del límite K/T, avalando con un método independiente la edad obtenida con las dataciones radiométricas.

Además, la palinóloga Vivi Vajda del Museo de Historia Natural de Suecia ha demostrado por vez primera que la vegetación sufrió una mortandad masiva en el límite K/T incluso en los trópicos. Después surgieron comunidades pioneras de helechos que debieron colonizar las islas surgidas alrededor de Gorgonilla de forma casi instantánea debido a los gigantescos terremotos y los grandes desplazamientos de tierras desencadenados por el impacto de Chicxulub. Los sismos asolaron la zona hasta semanas después del impacto, según indica el análisis sedimentológico llevado a cabo por el geólogo Hermann Bermudez.

VÍDEO DESTACADO: Así cayó este meteorito del cielo y entró en llamas

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