VÍDEO / Pilotos hablan sobre sus encuentros con naves extraterrestres

¿Y si los extraterrestres nos observan a distancia como si la Tierra fuera un zoológico?

Expertos tratan de responder a la paradoja de Fermi, la razón por la que aún no hemos contactado con otra civilización inteligente

¿Y si los extraterrestres nos observan a distancia como si la Tierra fuera un zoológico?

Como hipótesis tiene todo el sentido, aunque cuenta con su detractores, algo habitual en las ciencias.

Lehocq y Steyer también examinaron representaciones de extraterrestres en la ciencia ficción, demostrando el desafío de imaginar una inteligencia extraterrestre que es radicalmente diferente de nosotros mismos.

Como un ejemplo, señalaron imágenes de hombres murciélago lunares de una serie satírica de artículos periodísticos de 1835 que muchos lectores interpretaron como un relato real del descubrimiento de la vida en la Luna.

Lehocq dijo que estas representaciones «muestran nuestro antropocentrismo persistente en nuestra comprensión y descripción de la vida extraterrestre».

«Tal vez los extraterrestres estén observando a los humanos en la Tierra, al igual que observamos animales en un zoológico», sugirió Douglas Vakoch, presidente de METI.

«¿Cómo podemos hacer que los guardas de animales galácticos se revelen a sí mismos?». En el taller, Vakoch propuso que los humanos deberían complementar el SETI pasivo tradicional (la escucha de señales) con una alternativa más activa. «Si fuéramos a un zoológico y de repente una cebra se volviera hacia nosotros, nos mirara a los ojos y comenzara a escribir una serie de números primos con su casco, eso establecería una relación radicalmente diferente entre nosotros y la cebra, y nos sentiríamos obligados a responder», señaló. «Podemos hacer lo mismo con los extraterrestres transmitiendo señales de radio poderosas, intencionadas y ricas en información a las estrellas cercanas».

Miles de millones de galaxias, con cientos de miles de millones de estrellas cada una y billones de planetas alrededor.

¿De verdad estamos solos en medio de esa prolífica inmensidad?

Según la paradoja de Fermi, formulada en 1950 por el físico italiano Enrico Fermi, solo en nuestra galaxia hay tantas estrellas que, teniendo en cuenta la edad del Universo, la Vía Láctea debería estar repleta de civilizaciones.

Es más, al menos algunas de ellas ya deberían haber sido detectadas por la Humanidad.

Sin embargo, vivimos en el más absoluto mutismo cósmico.

No hemos recibido ni una sola señal que confirme que no estamos solos.

Para intentar responder a esa pregunta, científicos, filósofos y sociólogos se renombre se reunieron en París hace algunos días convocados por un organismo denominado METI (siglas en inglés de «Enviando mensajes a una inteligencia extraterrestre»), también llamado SETI activo. Una de las hipótesis que se plantearon fue la posibilidad de que los extraterrestres se mantengan en silencio ante la preocupación por cómo el contacto afectaría a la humanidad.

El rompecabezas de por qué no hemos detectado vida extraterrestre se ha discutido a menudo, pero en el enfoque del encuentro parisino, muchas de las charlas abordaron una controvertida explicación sugerida por primera vez en la década de 1970 llamada «Hipótesis del zoológico»

Pero si los extraterrestres saben que estamos aquí, ¿por qué permanecen en silencio?

«La experiencia pasada muestra que cualquier reunión de dos civilizaciones es peligrosa para ambas. Sabiendo eso, los extraterrestres civilizados no intentarán comunicarse con nosotros», advirtió Danielle Briot, astrofísica en el Observatorio de París.

«Parece probable que los extraterrestres estén imponiendo una ‘cuarentena galáctica’ porque se dan cuenta de que sería culturalmente perjudicial para nosotros aprender sobre ellos», dijo Jean-Pierre Rospars, director honorario de investigación del Instituto Nacional de Investigación Agrícola. «La evolución cognitiva en la Tierra muestra características aleatorias mientras también sigue caminos predecibles. Al considerar los componentes regulares y aleatorios juntos, podemos esperar la emergencia repetida e independiente de especies inteligentes en el universo, y deberíamos esperar ver formas de inteligencia más o menos similares en todas partes, en condiciones favorables», agregó Rospars. «No hay razón para pensar que los humanos hayan alcanzado el nivel cognitivo más alto posible. Los niveles más altos podrían evolucionar en la Tierra en el futuro y ser alcanzados en otros lugares».

Roland Lehoucq, un astrofísico que trabaja en La Comisión Francesa de Energías Alternativas y Energía Atómica (CEA), y Jean-Sébastien Steyer, un paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural, creen que los humanos no tendrían mucho en común con las formas de vida extraterrestre, si es que existen. El ambiente en un exoplaneta impondrá sus propias reglas. A su juicio, «no hay una tendencia en la evolución biológica: la gran variedad de morfologías observadas en la Tierra hace que cualquier especulación exobiológica sea improbable, al menos para la vida ‘compleja’ macroscópica».

Varios de los documentos presentados en el taller se centraron en las explicaciones biológicas y sociológicas de ese «Gran Silencio», mientras que otros artículos volvieron a examinar temas de larga data como la migración interestelar, pero utilizando nuevas reformulaciones del problema.

Nicolas Prantzos, director de investigación del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), reformuló la Paradoja de Fermi en términos de la Ecuación de Drake, una fórmula utilizada para estimar el número de civilizaciones tecnológicas en nuestra galaxia, la Vía Láctea. «Parece que aunque las comunicaciones por radio proporcionan un medio natural para las civilizaciones más jóvenes que unos pocos milenios, las civilizaciones más antiguas deberían desarrollar programas extensos de colonización interestelar».

Los investigadores creen que es importante seguir trabajando en la respuesta a la pregunta de si estamos solos en el Universo, ya que es algo que «nos afecta a todos, está directamente relacionado con la humanidad y nuestro lugar en el cosmos».

Otro orador consideró nuevas formas en que podríamos hacer el primer contacto, incluido el envío de mensajes de radio intencionales a estrellas cercanas para señalar el interés de la humanidad en unirse al club galáctico.

Otros presentadores debatieron si la inteligencia extraterrestre será similar a la humana.

Mientras hablamos, quién sabe si alguien nos mira desde el otro lado del cristal de seguridad.

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