Un análogo térmico de agujero negro creado en laboratario por científicos Instituto de Tecnología de Israel se muestra de acuerdo con la teoría de la radiación de Hawking.
Una de las teorías de Stephen Hawking sugirió que no toda la materia que se acerca a un agujero negro cae; argumentó que en algunos casos en los que surgen pares de partículas entrelazadas, solo una de ellas caería, mientras que la otra escapaba. Las partículas que escapaban se llamaban radiación de Hawking.
Hawking también predijo que la radiación que escapaba de un agujero negro sería térmica y que su temperatura dependería del tamaño del agujero negro.
La prueba de la teoría ha sido difícil debido a la naturaleza de los agujeros negros: cualquier radiación que se escape de ellos sería demasiado débil para ser observardo. Para solucionar ese problema, los investigadores han estado trabajando en la creación de análogos de agujeros negros en el laboratorio.
En este nuevo esfuerzo, los investigadores construyeron uno diseñado para absorber el sonido en lugar de la luz. Con un análogo de este tipo, los pares de fonones sirvieron como soporte para las partículas entrelazadas en un agujero negro real.
El experimento consistió en enfriar un grupo de átomos de rubidio y usar láseres para crear un condensado de Bose-Einstein. Los átomos fueron forzados a fluir de una manera que se parecía a la trampa que se produce con un agujero negro real. Con tal flujo, las ondas de sonido no pudieron escapar en circunstancias normales.
En su experimento, los investigadores pudieron forzar a uno de un par de fonones a caer en el flujo de átomos mientras que al otro se le permitió escapar. Mientras lo hacían, los investigadores tomaron medidas de ambos fonones, lo que les permitió estimar su temperatura a 0,035 mil millonésimas de kelvin. Y al hacerlo, encontraron que estaba de acuerdo con la predicción de Hawking. También encontraron acuerdo en que la radiación de tal sistema sería térmica.
El trabajo no prueba la teoría, por supuesto; la única forma de hacerlo será desarrollar una tecnología capaz de medir realmente la radiación de un agujero negro real, pero le da más credibilidad a la teoría, según el artículo publicado sobre el hallazgo en Nature por Silke Weinfurtner de la Universidad de Nottingham.