La fosfina de Venus había despertado la esperanza de encontrar vida en Venus, pero un estudio echa por tierra esa hipótesis.
Una investigación de la Universidad de Washington destroza la hipótesis de la posible existencia en la atmósfera de Venus de fosfina, un marcador de vida en la Tierra, al concluir que puede ser solo azufre.
«En lugar de fosfina en las nubes de Venus, los datos son consistentes con una hipótesis alternativa: estaban detectando dióxido de azufre», dijo en un comunicado la coautora Victoria Meadows, profesora de astronomía de la Universidad de Washington.
«El dióxido de azufre es el tercer compuesto químico más común en la atmósfera de Venus y no se considera un signo de vida».
En septiembre, un equipo dirigido por astrónomos del Reino Unido anunció que habían detectado la fosfina química en las espesas nubes de Venus.
La detección reportada por el equipo, basada en observaciones de dos radiotelescopios terrestres, sorprendió a muchos expertos en Venus.
La atmósfera de la Tierra contiene pequeñas cantidades de fosfina, que puede producir la vida.
La fosfina en Venus generó la posibilidad de que el planeta, a menudo promocionado sucintamente como un «paisaje del infierno», de alguna manera podría albergar vida dentro de sus nubes ácidas.
Desde esa afirmación inicial, otros equipos científicos han puesto en duda la fiabilidad de la detección de fosfina. Ahora, el equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Washington ha utilizado un modelo robusto de las condiciones dentro de la atmósfera de Venus para revisar y reinterpretar de manera integral las observaciones del radiotelescopio que subyacen a la afirmación inicial de fosfina.
Como informan en un artículo aceptado en The Astrophysical Journal y publicado el 25 de enero en el sitio de preimpresión arXiv, el grupo liderado por el Reino Unido probablemente no estaba detectando fosfina en absoluto.
El equipo detrás del nuevo estudio también incluye a científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA con sede en Caltech, el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, el Instituto de Tecnología de Georgia, el Centro de Investigación Ames de la NASA y la Universidad de California en Riverside.