Son las mayores explosiones del universo y están asociadas al colapso de una estrella masiva que gira rápidamente hasta convertirse en un agujero negro

La teoría de los rayos gamma tambalea tras una gran explosión cósmica

El 29 de agosto de 2019 los satélites Fermi y Swift detectaron una explosión de rayos gamma en la constelación de Eridanus que podrá cambiar la forma de percibir el espacio

La teoría de los rayos gamma tambalea tras una gran explosión cósmica
Gran explosión cósmica PD

Una gran explosión cósmica están haciendo tambalear las bases de la teoría de los rayos gamma.

Un observatorio de Namibia ha registrado la radiación más energética y el resplandor de rayos gamma más largo de una explosión de rayos gamma (GRB).

Las observaciones realizadas con el Sistema Estereoscópico de Alta Energía (HESS, por sus siglas en inglés) desafían la idea establecida de cómo se producen los rayos gamma en estas colosales explosiones estelares que son el grito de nacimiento de los agujeros negros.

«Los estallidos de rayos gamma son destellos brillantes de rayos X y gamma observados en el cielo, emitidos por fuentes extragalácticas distantes», explica la científica del Sincrotrón Alemán de Electrones (DESY) Sylvia Zhu.

Son las mayores explosiones del universo y están asociadas al colapso de una estrella masiva que gira rápidamente hasta convertirse en un agujero negro. Una fracción de la energía gravitacional liberada alimenta la producción de una onda expansiva ultrarelativista.

Su emisión se divide en dos fases distintas: una fase inicial de impulso caótico que dura decenas de segundos, seguida de una fase de resplandor de larga duración y suave desvanecimiento.

El 29 de agosto de 2019 los satélites Fermi y Swift detectaron una explosión de rayos gamma en la constelación de Eridanus.

El evento, catalogado como GRB 190829A según su fecha de ocurrencia, resultó ser uno de los estallidos de rayos gamma más cercanos observados hasta ahora, con una distancia de unos mil millones de años luz.

Por comparar, el estallido típico de rayos gamma está a unos 20.000 millones de años luz.

«Estábamos realmente sentados en primera fila cuando se produjo esta explosión de rayos gamma», celebra el coautor Andrew Taylor, del DESY. El equipo captó el resplandor posterior a la explosión inmediatamente cuando se hizo visible para los telescopios HESS. «Pudimos observar el resplandor posterior durante varios días y a energías de rayos gamma sin precedentes», añade Taylor.

La distancia comparativamente corta a este estallido de rayos gamma permitió realizar mediciones detalladas del espectro del resplandor, que es la distribución de ‘colores’ o energías de los fotones de la radiación, en el rango de energía muy alto.

«Pudimos determinar el espectro del GRB 190829A hasta una energía de 3,3 tera-electronvoltios, es decir, un billón de veces más energético que los fotones de la luz visible.

Esto es lo excepcional de este estallido de rayos gamma: ocurrió en nuestro patio trasero cósmico, donde los fotones de muy alta energía no fueron absorbidos en colisiones con la luz de fondo en su camino hacia la Tierra, como ocurre en distancias mayores en el cosmos».

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