Escribe Katia Toran en ‘Nosotras’ que la inmensa mayoría de las mujeres vive convencida de que sólo ellas fingen con los orgasmos.
Pues nada de eso, porque en el sexo todos hacen trampas:
«Acabamos de descubrir que ellos también tienen muchas mentiras para confesarnos. Aunque será mejor que ninguno de los dos empiece a contar, porque si no podríais no terminar nunca».
«Nos hemos dado cuenta de que ellos también tienen sus propias mentirijillas. Y que su objetivo somos sus parejas. Así que si no queréis desmantelar todo un arsenal de rencores, de mentiras y de otras sorpresas, os recomendamos que no empecéis a contaros lo que no os habéis contado en todo el tiempo que lleváis juntos».
Es mejor saberlo que investigarlo. Por ejemplo, sabes que cuando te dice que terminará de trabajar tarde significa que se ha ido a tomar una cerveza con su compi de oficina. Pero no investigas.
O sabes que cuando te deja plantada para comer es porque prefiere tomarse unas tapas con su mejor amigo, que trabaja al lado casualmente. Pero no investigas.
Porque hay cosas que es mejor no saber en prounfidad. Que con solo el conocimiento de que están ahí y existen es suficiente. Pues lo mismo ocurre con esto.
Nosotras fingimos. Y ellos lo saben. Pues ellos también fingen. Y ahora nosotras también lo sabemos.
No esperamos que hagas nada al respecto. Porque si no podrían darse cuenta de que los estudiamos más de lo que parece.
Solo queremos explicarte cómo lo hacen, cuándo lo hacen y por qué sienten esa necesidad de hacernos los oídos melodía cuando en realidad se están aburriendo en la cama.
Y eso que pensábamos que siempre disfrutan con el sexo. Que enseguida se encienden y que se lo pasan el doble de mejor que las mujeres. Pues estate atenta a estas pistas que te mostrarán cuándo se lo están pasando bien y cuándo se lo están pasando, realmente, mejor imposible.
Cuando está muy cansado, está fingiendo. Es imposible hacer tantas cosas a la vez. Si su cuerpo está tan muerto como dice estar, no le va a responder lo que tienen ahí abajo.
Si ha llegado a casa con inseguridades por el trabajo, también estará fingiendo un orgasmo. Y es que tantos pensamientos no le dejarán concentrarse.
Si le ha sentado mal la comida, tiene sueño, crees que está bebido o está demasiado sonriente, sospecha también.
Y es que, en definitiva, cuando fingen lo hacen porque no pueden concentrarse en lo que están haciendo.
Y por no hacerte pasar un mal rato, es mucho más fácil hacer el paripé para satisfacernos. Vamos, que al final aún nos pareceremos más de lo que pensábamos.
