The Economist, que presume de las fuentes más fiables de la información mundial, afirma en el número que acaba de salir a la venta que si Escocia y Cataluña se separaran del Reino Unido y de España, aunque fuera amistosa y pacíficamente, tardarían como mínimo de cuatro o cinco años en volver a la Unión Europea.
La separación escocesa posiblemente sería amistosa, con lo que el sufrimiento resultaría menor, pero la catalana provocaría un terrible trauma y no sería nada afable, cree el semanario.
Al margen del artículo, debe saberse que hay políticos españoles que propondrán el “derecho a decidir” en referéndum en todo el país que exigiría a los futuros gobiernos el rechazo permanente al ingreso en la UE de una Cataluña independiente.
Además, debe recordarse que la UE nació para evitar los expansionismos nacionalistas que conducen a nuevas guerras…
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