(PD).- Renfe prevé transportar 3,7 millones de viajeros en el 2010, el 41% del tráfico entre las dos capitales. El tren arrebatará al puente aéreo unos 200.000 pasajeros, 100.000 al autocar y 400.000 al coche.
El AVE que está a punto de arrancar se convertirá en menos de tres años en el rey indiscutible de los viajes entre Barcelona y Madrid, pero no reducirá a la nada a los restantes modos de transporte.
Al puente aéreo, por ejemplo, le rebanará el primer año tan solo 250.000 de su millón y medio de pasajeros, menos del 20%, y en los dos años siguientes, hasta finales del 2010, el servicio de Iberia incluso podría recuperar clientes gracias al aumento global de viajeros que experimentará el corredor.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llega un exhaustivo informe en el que Renfe está basando el diseño de su oferta de servicios y que no difieren demasiado de lo que ha venido pregonando la aerolínea española en los últimos meses.
El documento analiza por vez primera los viajes Barcelona-Madrid de modo global, incluyendo también el autocar y el vehículo privado.
En la actualidad, con los datos del 2006 que aporta el estudio, el predominio de los modos de transporte más contaminantes es apabullante.
El avión encabeza la lista con una cuota de mercado del 53%, pero el coche le sigue de cerca. Pese a la larga distancia a recorrer (más de 600 kilómetros) y al deficiente estado de la autovía Madrid-Zaragoza, el vehículo privado representa el 33%, mientras que el tren se lleva un raquítico 9% y el autocar un todavía más marginal 5%.
Entre todos se reparten un pastel de 7,5 millones de personas que, a veces a diario, necesitan viajar entre las dos aéreas metropolitanas más densas de sur de Europa.
AUMENTO GLOBAL DE VIAJEROS
El estudio prevé que el AVE dé un revolcón monumental a las cifras actuales, pero sin cebarse en concreto en ninguno de los restantes modos de transporte. Es cierto que absorberá clientes de los tres, pero también se beneficiará del aumento de 1,8 millones de viajeros que experimentará el corredor en tres años.
El tren, el transporte más cómodo, seguro y menos contaminante, logra entrar en la competición al reducir hasta las dos horas y 38 minutos un viaje que hoy ronda las cuatro horas.
Las tarifas todavía no se conocen, pero Renfe ya ha anunciado que el servicio puente AVE, que permitirá llegar y volar con un billete abierto, será «ostensiblemente más barato» que el puente aéreo, según afirmó el pasado sábado el director general de Alta Velocidad de Renfe, Abelardo Carrillo.
Con estas credenciales, el tren obtendrá, según el informe, el 31% de la tarta al poco de arrancar, a finales del 2008, y llegará a mandar en el 2010 con el 41%. Para entonces cuenta con transportar a 3,7 millones de viajeros al año. Casi el triple que los que se calcula llevará por entonces el puente aéreo y cinco veces los que transportó el propio tren en el 2006.
AVIONES MÁS PEQUEÑOS
El servicio de Iberia se quedará con una cuota del 14% y 1,3 millones de pasajeros. Es decir, habrá perdido en tres años unos 200.000 viajeros. No muchos, si se tienen en cuenta algunas predicciones y el análisis comparativo con lo ocurrido en Francia.
Iberia reconoció el verano pasado que temía perder hasta el 50% del pasaje, pero en las últimas semanas ha lanzado mensajes más optimistas. Su ofensiva se centrará en acortar al máximo los tiempos de espera, manteniendo frecuencias de un cuarto de hora, aunque sea a costa de poner aviones más pequeños.
Con esta estrategia espera poder garantizar unos tiempos de viaje inferiores a los del AVE que le permitan mantener a la gran mayoría de los clientes que necesitan ir y volver en la misma jornada. Siempre le queda, además, la opción de bajar la carísima tarifa hoy en vigor (400 euros ida y vuelta).
La aerolínea española recuerda a menudo que una parte importante de la ruta se cubre también con vuelos regulares y no le falta razón en ello. Tan importantes son estos enlaces ofrecidos por varias compañías aéreas que hoy ya llevan a unos 900.000 clientes más al año que el puente de Iberia.
Ni Spanair, ni Vueling ni Air Europa –el resto de aerolíneas que operan esta ruta– se han mostrado muy preocupadas porque, aseguran, disponen de unas tarifas muy competitivas y el estudio parece corroborarlo. Al igual que el puente aéreo perderán el 20% de su cuota en tres años, lo que significará una pérdida de medio millón de clientes por año.
OFERTAS DE RENFE
Para sorpresa de algunos, aunque no precisamente de los afectados, el sector más perjudicado por el AVE será el transporte de viajeros por carretera, según indica el informe en manos de Renfe. La previsión es que pierdan nada menos que el 33% de sus clientes.
Bajarían de los 307.000 usuarios actuales a 207.000 en un plazo de tres años. Una de las patronales del sector, Fenebús, ya ha lanzado una agresiva campaña de publicidad y nuevas tarifas en Valladolid porque temen ser víctimas del nuevo esquema tarifario de Renfe, que incluye descuentos de entre el 40% y el 60% en el 15% de los billetes si se adquieren con determinada antelación.
Con estos precios incluso estudiantes, inmigrantes y personas de la tercera edad, los clientes casi exclusivos del bus en la actualidad, podrían tener acceso al AVE.
Fenebús se plantea incluso recurrir a los tribunales español y europeo de la competencia al considerar que Renfe revienta los precios desde una posición privilegiada de monopolio público.
Algo con lo que muchos expertos no contaban es que el tren de alta velocidad absorberá también a una buena parte de los conductores y sus familias que aún se atreven a viajar por la azarosa autovía catellanoaragonesa.
La cuota del coche bajará al tercer puesto, con el 22%. Así, el AVE le arrancará en apenas tres años casi 400.000 viajeros, lo que es una buena noticia, dado que el coche es el modo de cubrir la ruta más inseguro y además obtiene malos resultados desde el punto de vista ambiental.
