La oferta del AVE es menos flexible y hasta el 45% más cara en España que en Francia

(PD).- Alfredo Cadena tuvo la fortuna de cazar una tarifa muy barata. La pasada Navidad se desplazó más de 700 kiló- metros en alta velocidad por tan solo 20 euros. No lo consiguió, por supuesto, en España.

Fue en el TGV de París a Marsella. Una tarifa así sería imposible de encontrar en los trenes españoles porque sus precios son más altos y menos flexibles que los del país vecino.

Subraya Manuel Vilaseró en El Periódico, cuando solo faltan tres días para que el AVE Barcelona-Madrid cumpla su primer aniversario, que el único gran reproche que puede formularse a este puntual y cómodo servicio es que, a diferencia de lo que ocurre en Francia, solo pueden acceder a él con frecuencia las personas de mayor poder adquisitivo, y ello a pesar del incremento de las ofertas que Renfe ha lanzado en los últimos meses.

«Al poco de arrancar en Francia la alta velocidad, el 27 de septiembre de 1981, la opinión pública nos tildó de elitistas y criticó los altos precios, lo que acabó causando la reorientación del sistema tarifario. Desde entonces, la principal preocupación de la compañía es ofrecer cada asiento al precio más barato posible manteniendo la rentabilidad». Quien habla así es un exalto cargo de la compañía SNFC.

Él recuerda que hay dos sistemas para hacer rentable un transporte: precios altos con menos ocupación y llenar los convoyes al 100% con ofertas más económicas. El TGV viró a la segunda opción presionado por la opinión pública.

¿Cómo lo logró? Con un sistema idéntico al que utilizan las aerolíneas. El precio de cada billete se fija a partir de determinadas variables en las que juega un papel clave el grado de ocupación que tenga el tren en el momento de la compra. Existen, además, descuentos para casi todo: niños que viajan gratis, estudiantes, abonos, etcétera.

INTERNET
En algunos trenes puede adquirirse un billete por internet que lleva asignado unos vagones específicos a un precio irrisorio, pero que no dan derecho a devolución en caso de cambio. Poco antes de que parta el convoy, los últimos asientos se venden también a precio de saldo. Así se explican casos como el de Alfredo Cadena.

El resultado es que en un país como Francia, con una renta superior a la de España, se puede viajar más barato en alta velocidad. Dado que las tarifas oficiales no existen, no es fácil efectuar la comparación. Pero la llevada a cabo por EL PERIÓDICO no arroja dudas. Este diario simuló la adquisición de billetes para el AVE Barcelona-Madrid y para tres líneas de TGV en cinco días diferentes y en dos franjas horarias distintas en cada uno de ellos.

Los tíquets más caros casi siempre resultaron ser los del AVE, se use el criterio que se use, tanto en euros totales como en euros por kilómetro recorrido . La comparación más elocuente es la de la línea en la que viajó Alfredo Cadena. En ella, el precio máximo por kilómetro es mucho más barato, casi la mitad, que el del AVE Barcelona-Madrid.

La tarifa más alta del TGV por un trayecto fue de 89,9 euros, frente a los 129,3 del Barcelona-Madrid. Son 11 euros por cada 100 kilómetros contra 20 (un 45% menos). Y el billete más barato salió en Francia a 45 euros, y en España, a 51,7. Traducido a euros por 100 kilómetros, son cinco contra ocho. Y el París-Marsella no es un tren de segunda.

Es el que viaja a una mayor velocidad media (entre 236 y 256 kilómetros por hora), superior a la del Barcelona-Madrid (entre 255 y 197).

En la comparación con los trayectos entre París y Estrasburgo (488 kilómetros) y Lyón (465), el AVE no sale tan desfavorecido, pero en casi todos los casos es entre el 20% y el 35% más caro.

RENFE PIDE TIEMPO
La línea Madrid-Barcelona apenas acaba de nacer. Si en cuanto a puntualidad ha superado de partida a los franceses, le queda todavía mucho trecho por recorrer en la comercialización. El sistema de compra por internet también ha recibido muchas críticas.

A veces informa de que existen plazas baratas que desaparecen cuando se pulsa la tecla de comprar. Lo contrario que en la SNFC, cuya web informa incluso de la existencia de plazas a menor precio en horarios similares.

Cuando se les interpela por todas estas cuestiones, los responsables de Renfe piden tiempo. Al fin y al cabo los franceses llevan 27 años de alta velocidad y en España no se ha extendido de verdad hasta bien entrado el siglo XXI.

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