(PD).- Representantes de instituciones culturales y sociales del Cusco exigen al Ministerio de Educación la destitución del director del Instituto Nacional de Cultura del Cusco, arquitecto Jorge Zegarra Balcárzal, por permitir la destrucción de lugares históricos considerados parte del patrimonio monumental de la Ciudad Imperial.
Los denunciantes mostraron copia de una resolución del INC-Cusco autorizando el anteproyecto del centro comercial Ima Súmac, que ya se empezó a construir, en parte de lo que fue el famoso Haaqlla Wasi, un centro para las mujeres escogidas de la época incaica.
“Era una construcción de fino acabado y en la cual se utilizó piedra andesita volcánica, la que se usaba para centros ceremoniales o de casas muy especiales. Esa belleza ha sido reemplazada por fierro y concreto. La calle Loreto que colinda con ese edificio fue cerrada con calamina, lo que priva a los turistas de observar la arquitectura inca”, dijo un empleado de la institución cultural cusqueña, quien prefirió que no reveláramos su nombre por temor a represalias.
Precisó que las barbaridades que permite el INC es comparable a los grafitos que pintaron los jóvenes chilenos junto a la piedra de los 12 ángulos y que motivó su encarcelamiento. Sin embargo, en las piedras incas escondidas con las calaminas se han pintado numeraciones, especies de grafitos, grotescas y burdas.
Abren muro inca
Otra de las denuncias es la referida a la apertura de un vano (puerta) en la calle Palacios, lo cual, según los denunciantes, “desfigura otro muro inca, sin tener en cuenta la antigüedad del sitio; todo con aprobación de las comisiones del INC y la Municipalidad del Cusco”.
Se quejan también los cusqueños llegados a Lima de la proliferación de chimeneas en los techos de casonas de la Plaza de Armas, que distorsionan la arquitectura del centro histórico de la Ciudad Imperial. “Se suponía que el turismo era una industria sin chimeneas pero ahora ya no podemos decir eso”, apuntó uno de ellos.
Otro de los visitantes dijo que tanto el INC como el municipio asumen una posición servil ante los inversionistas, sin defender el rico patrimonio cusqueño. “Otro mal ejemplo es el de Machu Picchu, donde se permite el ingreso diario de 4,500 visitantes, lo que provoca desgaste de las ruinas y destrucción que podría resultar irreversible”, aseguraron.
A este peligro se suma la proliferación de vizcachas en el sitio arqueológico, calificado como maravilla del mundo. “Ese roedor se procrea en gran número, vive dentro de las rocas graníticas en todos los espacios vacíos de las estructuras, tanto en las viviendas como en los andenes y en las canteras. Ahí construyen sus madrigueras y túneles, que en algún momento puede dejar sin soporte los espacios y causar asentamiento o colapso de las construcciones”, explicó otro denunciante.