(PD).- Aunque la mayoría de las personas optan por hacer el Camino de Santiago a pie, también son muchos los que se decantan por las dos ruedas. Se han bautizado a sí mismos como los bicigrinos. Este es el caso de José Carlos, un aparejador madrileño de 33 años, que cada vez que tiene una semanita libre aprovecha para hacer una escapada a la Ruta Jacobea con su bicicleta.
«Me gustaría hacer alguna vez el Camino andando, pero mientras el cuerpo aguante prefiero ir en bici».
Explica Sandra Cuiña en El Correo Gallego que ir sobre dos ruedas tiene sus inconvenientes, y si no que se lo pregunten a un compañero suyo, que se tuvo que volver para casa a mitad de Ruta, porque unos listillos le robaron el vehículo.
«A un chico que conocí en el Camino le robaron la bici en León. Por desgracia este tipo de incidentes son cada vez más habituales. Según se va haciendo más famoso el Camino Francés, surge mucha gente que se quiere aprovechar».
De hecho, a José Carlos le hubiera gustado asistir a la Misa del Peregrino a su llegada a Santiago, sin embargo optó por quedarse vigilando su bici y las de sus compañeros, para evitar este tipo de disgustos.
Además, el Camino no siempre es apto para las dos ruedas. «El camino francés está en buenas condiciones para ir en bicicleta, pero el Camino del Norte y el portugués están peor».
En esta ocasión, José Carlos a aprovechado cinco días libres para peregrinar a Santiago desde Astorga, pero no es la primera vez que se convierte en bicigrino. «He hecho tres veces el Camino, y me gusta mucho, sobre todo por la naturaleza y los paisajes que tiene la Ruta. Además, conoces a gente de un montón de sitios, y hay muy buen rollo».
No obstante, este aparejador inició su recorrido solo, pero ha llegado a Compostela junto a tres bicigrinos más. «He conocido a italianos, alemanes, australianos, taiwaneses. La gente que hace el Camino tiene otra forma de pensar, y aprendes mucho».
