La caída de la actividad turística y, especialmente, el impacto del descenso de los viajes de negocios en los hoteles urbanos han dejado a Sol Meliá con apenas 1,17 millones de euros de beneficios en el primer semestre del año, un 96,8% menos que en el mismo periodo de 2008.
La razón de esta merma está en que el descenso de los ingresos de un 12% hasta los 544,9 millones ha llevado al beneficio bruto de explotación (Ebitda) a caer un 30,9% con 85,9 millones, pese a que la cadena ha logrado ahorrar 36,6 millones, apenas 20 millones por debajo de su objetivo para todo el año.
La cadena hotelera ha justificado estos resultados por el hecho de que las restricciones en las políticas de viajes, incentivos y reuniones de las empresas se está reflejando «especialmente» en los hoteles urbanos, mientras que en el segmento vacacional viene acusando las progresivas reducciones en la capacidad contratada por touroperadores y los efectos de la depreciación de la libra sobre el mercado emisor británico.