Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida

Dos exposiciones de Ceferino López ocupan la Escuela de Arte de Mérida

Dos exposiciones de Ceferino López ocupan la Escuela de Arte de Mérida
Escuela de Arte y Superiorde Diseño de Mérida

El jueves día 21 se inauguró en el edificio antiguo del centro, con un desayuno a base de churros y chocolate, la exposición GRÁFICA de Ceferino López, con los trabajos de diseño gráfico que realizó para las actividades culturales que el profesor Javier Fernández de Molina organizó durante el tiempo que estuvo de Jefe de Actividades Extraescolares, 2005 a 2008.

El viernes se inauguró la exposición de fotografías RESUMIENDO, del mismo autor, en el edificio nuevo de la Escuela, con un tremendo éxito de público. 

No es una exposición antológica de fotografía, es una parada, una reflexión en su recorrido para enfrentar la obra elaborada hace 35 años con las últimas creaciones. Más claramente un pulso entre lo analógico y lo digital. 

La exposición se compone de dos partes bien claras, una dedicada a trabajos inéditos realizados en los años 80-90 con película instantánea Polaroid y otra sección con fotografías realizadas y editadas en 2015 mediante el teléfono móvil.

Según Javier Barón, en su artículo Imágenes fatigadas, publicado en el ABC CULTURAL en 2002, Ceferino López era por aquellas fechas «uno de los mejores cultivadores de la fotografía instantánea».
Hoy, que toda la fotografía se ha vuelto inmediata y compartida, la tarea emprendida en los años 80 por López confirma su actitud pionera frente a las limitaciones técnicas, económicas y sociales que suponía la labor de creación en la  Extremadura de los años 80, especialmente en fotografía.

Era habitual encontrarlo con una pequeña bolsa en la que guardaba su Polaroid SX-70, algunas pocas cargas de película, una tabla de pequeñas dimensiones para apoyarse y editar (mediante punzones, cuchillas, plumillas, acuarelas, guaches y diversos artilugios improvisados) la realidad cotidiana captada por la cámara. 

La fotografía obtenida distaba mucho de la convencional, sus imágenes se convertían en fetiches de los momentos vividos, participaban de la realidad fotografiada que pasaba a compartirse instantáneamente, solo había que pasarla de mano en mano para disfrutarla y comentarla. No había que esperar al largo proceso del revelado y positivado, la Polaroid conquistó su manera de entender el acto fotográfico.

Hoy, que existe una apabullante colección de recursos tecnológicos, aplicaciones informáticas, miles de filtros, múltiples redes, hoy que la sociedad empieza a dejar de ser analfabeta en lo visual y empieza a manejar con soltura dicho lenguaje, podemos contemplar los primeros balbuceos de esta nueva gramática en la obra inédita que Ceferino López guardaba celosamente al abrigo de la luz y las miradas, a la espera de que algún agente social o cultural reparase en su existencia.

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