GRANDES DE LA MUSICA

La chica de Ipanema

Si hablamos del Bossa Nova, acude a la mente de inmediato el nombre de João Gilberto y una canción sobresale por encima de todas las demás: “Garota de Ipanema”, en español, “La Chica de Ipanema”.

Escrita por Vinicius de Moraes y con la música de Tom Jobim, La Chica de Ipanema es una de las canciones más versionadas de todos los tiempos.

Ha sido cantada, además de por João Gilberto, por Frank Sinatra, Cher, Madonna e incluso por Amy Winehouse (quien hizo una versión que se incluyó en su disco póstumo).

Pero, quién fue la “garota” (chica) que sirvió de inspiración a los compositores del tema? Se trata sólo de una canción dedicada a todas esas chicas lindas que cada día toman el sol en la playa de Ipanema o en alguna de las otras hermosas playas de Río de Janeiro, o es que La Chica de Ipanema tiene nombre propio?

Aunque, al aparecer la canción en agosto de 1962, fueron muchas las chicas cariocas que soñaron con ser la inspiración de dos de los más importantes músicos del momento e incluso llegaron a atribuirse directamente el título de “musas”, la verdad es que sí, La Chica de Ipanema tuvo (y tiene) nombre propio: Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto, conocida más simplemente como Helô Pinheiro.

La verdadera historia de la chica de Ipanema está llena de romance y marcada por lo que se podría definir como un «amor imposible». Helô Pinheiro fue la musa de Tom Jobim y Vinicius de Moraes, quienes quedaron deslumbrados por su hermosura y juventud (tenía tan sólo 17 años) cuando la veían pasar de camino a la playa.

Corría el año 1962 cuando ambos músicos se sentaban a conversar, beber y crear en una de las más famosas terrazas de Ipanema, en la del Bar do Veloso (hoy bar Garota de Ipanema), ubicado en la antigua calle Montenegro (hoy calle Vinicius de Moraes), en el que es uno de los barrios más turísticos de Río. Fue desde esas mesas que vieron a Helô pasar por primera vez.

Helô, por su parte, al principio permaneció indiferente a todo. Los músicos la invitaban a sentarse con ellos pero ella, aunque se sentía alagada, era demasiado joven y demasiado tímida como para aceptar. Una vez que la canción “La Chica de Ipanema” alcanzó fama, todo el mundo se empezó a preguntar quién podía ser la “chica que pasa… tan llena de gracia”. Pero la identidad de la garota siguió siendo un misterio hasta que, 3 años después, en 1965, Vinicius habló con la madre de Helô y le pidió permiso para hacer pública su identidad. Fue una revelación que tomó por sorpresa a la propia Helô.

Como en un cuento de hadas, Helô se vio de pronto convertida en princesa, todos querían saber más sobre La Chica de Ipanema y la fama fue inevitable, a pesar de que ella misma no podía creer que había sido quien inspiró una canción tan bonita y que la describía de esa manera.

La vida de Helô se transformó por completo y pasó de ser una desconocida joven aspirante a profesora a convertirse en todo un símbolo de la playa de Ipanema e incluso de todo Río de Janeiro. También fue en ese momento cuando inició una bonita amistad con los músicos a los que sirvió de inspiración. Quizá por amor o tal vez por admiración, pero hasta Tom Jobim llegó a proponerle matrimonio, a pesar de ser 18 años mayor que ella.

Para ese momento Helô ya estaba comprometida con el que se convirtió en su esposo en 1965, Fernando Pinheiro, y a pesar de sus intentos por hacerla cambiar de opinión, finalmente Jobim no sólo se resignó a ser rechazado sino que se convirtió en el padrino de su boda.

El inocente andar rumbo a la playa cambió sin querer toda la vida de la joven Garota de Ipanema que, convertida en punto de atención de periodistas, empezó a ser objeto de entrevistas y sesiones fotográficas que finalmente la llevaron a dedicarse al mundo del modelaje y la actuación. Actriz, presentadora de televisión, empresaria de ropa e incluso modelo de Play Boy, pero también madre de familia y esposa de su primer amor de juventud por más de 50 años, la vida de Helô dio un vuelco total gracias a una canción que se ha convertido en universal.

Han pasado más de cinco décadas desde que la famosa canción vio la luz por primera vez, pero sigue tan actual como el primer día.

La Chica de Ipanema es todo un símbolo eterno e intemporal. Y como diría el propio Vinicius de Moraes al referirse a su musa: “Ella fue y es para nosotros el paradigma de las jóvenes cariocas; la chica dorada, mezcla de flor y sirena, llena de luz y de gracia.»

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