La carrera de Hans A. Einstein estuvo relacionada con la hidráulica y el transporte de sedimentos

¿Cómo consiguió el hijo de Einstein domesticar el río Mississippi?

El 70% del caudal del río tenía que quedarse en su mismo cauce y el 30% podía fluir al sur.

¿Cómo consiguió el hijo de Einstein domesticar el río Mississippi?

Hace seis siglos, el río Mississipi, famoso por su caudal, se desvió hacia el oeste. Con el tiempo, debido al cambio climático, el río se hizo más grande en Estados Unidos, donde cada vez iba creciendo más, de forma que amenazaba en Lousiana a las ciudades que se encontraban en el sur como Nueva Orleans.

El problema se arreglaba construyendo una barrera. Pero los cálculos eran complicados ya que el 70% del caudal del río tenía que quedarse en su mismo cauce y el 30% podía fluir al sur. Hans A. Einstein, el hijo de Albert Einstein, fue el ingeniero que aceptó el reto.

“Habría sido desesperante si no hubiera aprendido a reírme de la molestia, desde la infancia. Lo que hacía a mi padre extraordinario, creo, era la tenacidad con la que se dedicaba a algunos problemas, aun luego de toparse con una solución errada. Siempre volvía a intentarlo, y una vez más. Probablemente el único proyecto al que renunció fui yo. Trató de aconsejarme, pero pronto descubrió que yo era demasiado obstinado y que perdía su tiempo”, confesaba Hans A. Einstein.

Todo el desarrollo profesional de Einstein hijo estuvo relacionada con la hidráulica y el transporte de sedimentos. “Alcanzó gran fama y distinción en el campo, y conocía bien el Mississippi por misiones anteriores río arriba. La Estructura de Control del Río Antiguo, cuando finalmente se construyó, fue la creación de muchos, pero, primus inter pares, Hans Albert Einstein fue el hombre que decidió dónde debía ir, cómo se debía ver y cómo había que hacerla exactamente”, describió Simon Winchester en su historia ‘The End of The River’.

El equipo de Hans A. Einstein propuso tres estructuras separadas, cada una de ellas con los materiales más fuertes que se conocieran en el momento. En el punto más al sur, un conjunto de compuertas y una esclusa que permitiera la navegación. Al norte, una construcción de acero y hormigón de 900 metros de largo con más de 70 bahías y compuertas que se levantarían cuando se presentara la necesidad. Y la pieza más importante, llamada Low Sill, que detendría el 70% del caudal del río indomable y solo permitiría que el 30% restante pasara.

La obra que resultó fue “una monstruosidad que no se ha valorado lo suficiente, de 152 metros de largo y 21 de alto, anclada de manera invisible en la tierra roja”, describió Winchester.

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