La tensión por las protestas que están teniendo lugar en Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd a manos de un policía blanco han llegado al Vaticano.
Este 3 de mayo de 2020, el Papa ha aprovechado la audiencia general para lamentar «el pecado del racismo» en el homicidio de este ciudadano. El Sumo Pontífice ha señalado que «la violencia de las últimas horas es autodestructiva» ya que se han producido diversas revueltas, saqueos, asaltos e incendios en varias ciudades del país. «Nada se gana con violencia» ha sentenciado.
«Hoy me uno a la Iglesia de San Pablo y Minneapolis, y a todos los Estados Unidos, para rezar por el eterno descanso del alma de George Floyd y de todos los demás que han perdido sus vidas por el pecado del racismo».
Además ha añadido: “No se puede tolerar ni cerrar los ojos ante cualquier tipo de racismo pero la violencia de las últimas horas es autodestructiva. Nada se gana con la violencia y tanto se pierde”.
A parte de este asunto, el Papa ha continuado con su ciclo de catequesis sobre la oración. Así, ha señalado que el Patriarca Abraham “está presente en las grandes tradiciones espirituales judías, cristianas e islámicas” que lo prefiguran “como el hombre perfecto de Dios, capaz de someterse a Él, incluso cuando su voluntad es difícil, si no incomprensible”.
Finalmente ha concluido: “Diré una cosa que parece una herejía. La gente me dice que se ha enfadado con Dios. ¿Has tenido la valentía de enfadarte con Dios? Sí. Pues ésta es una forma de oración. Sólo un hijo es capaz de enfadarse con su papá y, después, reencontrarlo”.