En pleno siglo XXI, cuando pensamos en Europa como un continente de derechos y convivencia, sorprende descubrir que una ley que permitía «matar a vascos» estuvo técnicamente vigente en Islandia hasta hace apenas diez años. Esta historia, tan insólita como real, mezcla tragedia, curiosidad histórica y reconciliación, y sigue despertando asombro tanto en el País Vasco como entre los propios islandeses.
El origen: naufragio, tensión y matanza
Para entender esta ley hay que viajar al año 1615. Tres barcos balleneros vascos naufragaron en los peligrosos acantilados del distrito de los Fiordos Occidentales. Sus tripulantes, en busca de ayuda y refugio, se dispersaron por la región. Pero el año era especialmente duro: había escasez de recursos y el invierno se avecinaba. Los supervivientes acabaron enfrentándose a los lugareños por comida y bienes básicos. Un incidente con el robo de pescado seco a un pastor desató una cadena de tensiones y hostilidades.
La respuesta fue drástica: bajo las órdenes del magistrado Ari Magnússon, se organizó la caza y ejecución de 32 marineros vascos. Este hecho, conocido como Spánverjavígin o «El asesinato de los españoles», marcó una mancha negra en la historia islandesa y motivó la promulgación inmediata de una orden local que permitía matar a cualquier vasco encontrado en la región sin sufrir castigo alguno.
El edicto: ¿por qué era legal matar vascos?
Tras la masacre, las autoridades locales del oeste islandés decretaron una normativa que eximía a los asesinos de cualquier responsabilidad si sus víctimas eran vascos. La motivación era simple: prevenir futuros conflictos y proteger los intereses locales ante el temor de nuevos enfrentamientos. En la práctica, la ley tuvo vigencia real solo durante unas décadas del siglo XVII. Sin embargo, nunca fue derogada oficialmente ni eliminada del registro legal islandés.
Esto generó una situación tan absurda como inquietante: durante siglos, existió en los archivos legales una norma que justificaba matar a personas del País Vasco solo por su origen. Nadie se preocupó por eliminarla porque era obsoleta y ya no se aplicaba, pero técnicamente seguía ahí.
¿Pudo aplicarse en tiempos modernos?
El caso es más curioso aún porque, aunque otras leyes posteriores protegían la vida de cualquier persona en Islandia, el viejo edicto seguía sin ser anulado formalmente hasta 2015. En teoría, si alguien hubiese cometido un crimen contra un vasco argumentando esta normativa ancestral —y si algún juez hubiese decidido interpretarla— podría haberse generado un vacío legal surrealista. Por suerte, nunca se dio tal situación moderna.
Reconciliación simbólica y acto institucional
La historia podría haber quedado como una anécdota macabra y olvidada si no fuera porque en 2015 las autoridades locales decidieron cerrar este capítulo para siempre. El comisario Jónas Guðmundsson revocó públicamente el edicto del siglo XVII durante un acto oficial celebrado en los Fiordos Occidentales. En esa ceremonia participaron descendientes tanto de las víctimas como de los responsables originales; se descubrió una placa conmemorativa y se entonaron canciones tradicionales vascas e islandesas para sellar la reconciliación simbólica entre ambos pueblos.
El propio Guðmundsson bromeó ante los medios: «Al menos ahora será seguro para ellos venir» —en referencia a la visita de ciudadanos vascos— dejando claro el carácter anacrónico y absurdo que había adquirido esta ley con el paso del tiempo.
Curiosidades y datos locos sobre Islandia
Esta historia no es el único ejemplo de las extravagancias legales e históricas islandesas:
- En Islandia existe un comité oficial que aprueba los nombres permitidos para recién nacidos; no se puede llamar a un hijo o hija con cualquier nombre inventado o extranjero sin permiso especial.
- Los apellidos no existen como tales: se utiliza el patronímico (hijo o hija de) añadiendo -son o -dottir al nombre del padre o madre.
- El pidgin vasco-islandés fue una lengua mixta creada entre pescadores vascos e islandeses para entenderse mejor durante siglos de intercambios comerciales.
- El país es uno de los más jóvenes geológicamente hablando: sus tierras emergieron hace solo unos 20 millones de años.
- En su historia moderna nunca ha habido ejército permanente.
Islandia también ha protagonizado otros episodios legales extraños: leyes sobre la prohibición total del tabaco en bares (levantada recientemente), la obligación de tener luces encendidas todo el año al conducir o normativas estrictísimas para proteger su patrimonio natural.
Más allá del mito: relaciones históricas vasco-islandesas
Pese al episodio trágico de 1615, las relaciones entre ambas comunidades han sido generalmente cordiales. Durante siglos hubo comercio fluido entre pescadores vascos e islandeses; incluso surgieron matrimonios mixtos y colaboraciones culturales. La existencia del pidgin vasco-islandés es prueba palpable de esa convivencia a lo largo del tiempo.
En definitiva, esta historia nos recuerda cómo las leyes pueden sobrevivir a las generaciones y al sentido común, convirtiéndose en reliquias absurdas que solo cobran sentido cuando son revisadas desde el presente. La anulación definitiva del edicto «anti-vascos» es hoy símbolo no solo de reconciliación histórica, sino también del compromiso con los derechos humanos universales.
