La noche del domingo en Los Ángeles fue testigo de un momento que quedará grabado en la memoria colectiva del cine.
Tom Cruise, después de 40 años brillando en Hollywood, recibió su primer Oscar, un galardón honorífico que pone de relieve su impacto y legado en el séptimo arte.
Este reconocimiento le fue entregado durante la ceremonia de los Governors Awards por Alejandro González Iñárritu, director con el que Cruise colabora en su próximo proyecto cinematográfico.
El discurso del actor, acogido entre aplausos por personalidades como Steven Spielberg, Jennifer Lopez, Emily Blunt y Emma Stone, fue directo y lleno de emoción: «Hacer películas no es lo que hago, es lo que soy«, compartió Cruise ante un auditorio entregado.
Esta frase captura la esencia de un intérprete que ha convertido su vida en una serie de misiones imposibles, tanto dentro como fuera de la pantalla.
Cruise, originario de Syracuse, Nueva York, nació en 1962 y se adentró en el mundo del cine a los 19 años, logrando rápidamente hacerse un espacio en la industria. Desde Risky Business hasta Top Gun y Rain Man, su trayectoria cinematográfica refleja la evolución del cine comercial y de acción. Sin embargo, a pesar de sus cuatro nominaciones previas, la Academia le había negado el Oscar hasta este momento:
- Mejor actor por Nacido el 4 de julio (1989)
- Mejor actor por Jerry Maguire (1996)
- Mejor actor por Magnolia (1999)
- Mejor película como productor por Top Gun: Maverick (2022)
En cada ceremonia anterior, Cruise se retiró sin la estatuilla, incluso cuando sus películas arrasaban en taquilla mundial, como fue el caso de Top Gun: Maverick, que recaudó casi 1.500 millones de dólares.
El valor del cine según Cruise: una visión universal
Durante su intervención, Cruise reivindicó el cine como un lugar donde se encuentran las personas y se comparte humanidad: «El cine me lleva a recorrer el mundo. Me ayuda a apreciar y respetar las diferencias. Me muestra nuestra humanidad compartida… En esa sala de cine reímos juntos, sentimos juntos, esperamos juntos, y ese es el poder de este arte«, declaró ante sus compañeros.
La gala también rindió homenaje a otras figuras destacadas como Debbie Allen, Wynn Thomas y Dolly Parton, pero fue sin duda el momento de Cruise el que acaparó todos los flashes.
Un embajador del cine, la tecnología y el espectáculo
Este Oscar honorífico no solo reconoce a Cruise como actor; también celebra su faceta como productor y creador detrás de franquicias que han transformado el lenguaje audiovisual. Ha promovido la incorporación de nuevas tecnologías en los rodajes, apostando siempre por la innovación y experiencias visuales impactantes, especialmente con sagas como Misión Imposible y Top Gun.
Con 63 años cumple actualmente proyectos junto a Alejandro González Iñárritu, reafirmándose como defensor del cine e impulsor de nuevas voces. «No hago películas por el Oscar; hago películas porque no sé hacer otra cosa«, confesó con sinceridad un mensaje que resonó profundamente en toda la industria.
El legado que deja Tom Cruise ya forma parte integral del relato universal del cine; una historia llena de riesgos, pasión y dedicación que sigue inspirando a generaciones enteras tanto entre espectadores como cineastas.
Curiosidades y datos locos: el lado más extremo de Tom Cruise
La trayectoria profesional de Cruise está llena de historias fascinantes que lo han convertido en un verdadero icono:
- Ha llevado a cabo casi todas sus escenas peligrosas personalmente, incluyendo saltos en moto, persecuciones vertiginosas y acrobacias aéreas.
- En Misión Imposible: Fallout, realizó 16 saltos en paracaídas mientras estaba envuelto en llamas, logrando así un récord Guinness.
- Sufrió una fractura al saltar entre dos edificios durante el rodaje de Misión Imposible, pero se negó a recibir atención médica hasta finalizar la escena.
- Su afición por los deportes extremos abarca desde paracaidismo hasta vuelo en jet y motociclismo.
- En una ocasión aprendió a pilotar helicópteros en tiempo récord para poder rodar una secuencia sin necesidad de dobles.
Cruise bromeó durante la gala diciendo: «Ojalá sin muchos huesos rotos más«, aludiendo a sus múltiples lesiones sufridas durante las acrobacias.
