Con la casa a cuestas allá donde vayamos. El prototipo Fincube no sabe de nostalgias ni morriñas por el hogar añorado, puesto que se puede desmontar y volver a construir fácilmente en cualquier emplazamiento. Sólo requiere de una base convenientemente preparada que le sirva de apoyo.
La vivienda está hecha completamente de madera y apenas necesita de una superfície de dos metros cuadrados en el suelo para desplegar hacia arriba una estructura que permite disponer de un espacio habitable de 47 metros cuadrados en el que se incluyen cocina abierta a un salón, un dormitorio y, en la parte baja, un espacioso cuarto de baño.
Posee una pequeña granja de paneles solares que contribuyen a reducir su huella de carbono.
El proyecto en cuestión, Fincube by Studio Aisslinger, lleva el sello del diseñador alemán Werner Aisslinger. El primer prototipo se ha instalado en la norteña localidad italiana de Bolzano empleando madera autóctona y con vistas a las montañas Dolomitas.