Galeristas y coleccionistas reunidos en Art Basel, la feria más prestigiosa del sector del arte, coinciden en que el mercado ha vuelto a su justa medida tras años sobredimensionado.
La 41 edición de la feria de arte moderno y contemporáneo más reconocida del mundo se inauguró hoy oficialmente, y se abrió al público en su mayor esplendor, tras dos años de incertidumbre por las consecuencias de la crisis económica mundial.
El año pasado, a pesar del contexto, hubo buenas ventas, pero según interpretan organizadores y galeristas, la clave estuvo en traer «poco y bueno».
«En la última década, el mercado era artificial, estaba disparado. La crisis simplemente puso las cosas en su justo lugar», aseguró a Efe Mariana Carvalho, de la galería brasileña Strina.
«Lo que ha habido ha sido una ‘limpieza de mercado’, que era muy necesaria porque antes se vendía y se compraba todo, casi daba igual», señaló a su vez Rosario Nadal, consultora y ex esposa del príncipe Kyrill de Bulgaria.
Nadal visita Art Basel todos los años «por gusto» y porque es parte de su trabajo.
La feria «es la mejor del mundo, por la calidad, por la cantidad de galerías, por la variedad de las obras, no hay que perdérsela», aseguró mientras desgranó el porqué del aumento del estándar:
«La calidad se sigue comprando y se seguirá comprando, con lo más mediocre, el comprador, en tiempos de restricciones, será más selectivo», consideró Nadal.
Si bien es unánime la opinión de que el nivel subió, muchos galeristas destacan que «con crisis o sin crisis», ellos en Basilea exponen «siempre lo mejor», en palabras de Cristobal Riesta, de la galería OMR de México.
Lo confirma Alexandre Gabriel de la galería Fortes Vilaça de Brasil que, como su colega mexicano, participa en Art Basel desde hace una década.
«Para nosotros es una gran oportunidad, vendemos mucho, y sobre todo reforzamos nuestro nombre, y eso es esencial», señaló Gabriel recordando la rigidez de la selección a la que son sometidos año tras año las galerías, que no tienen el lugar garantizado.
Este año hubo 1.100 solicitudes de participación presentadas; sólo 300 fueron elegidas, de las cuales un 5 por ciento son nuevas.
Las 300 galerías provienen de 37 países y expondrán más de 10.000 obras de 2.500 artistas.
España está representada por 8 galerías y Latinoamérica por 9: cuatro brasileñas; tres mexicanas; una colombiana y una argentina.
Precisamente, para Orly Benzacar, de la galería Ruth Benzacar de Buenos Aires, la calidad representa no sólo poder vender más, «de hecho el año pasado fue desastre», confesó, sino exponer el arte de su país, dado que ella es la única representante de Argentina.
Aunque la mayoría no son tan explícitos como Benzacr, los galeristas confiesan que tras la feria, casi siempre se obtienen ganancias y eso a pesar de que el desembolso por el simple alquiler del espacio supera, en la mayoría de los casos, los 48.000 dólares.
A juzgar por lo que se vio en la primera jornada de la feria, abierta exclusivamente a la prensa, a los profesionales del sector y a los coleccionistas, las ventas este año prometen ser importantes.
En galerías como Fortes Vilaça, todas las obras que constituían uno de los sectores se habían agotado antes de la hora del almuerzo, y era difícil deambular por los pasillos abarrotados de gente.
Esta mañana, una hora antes de la apertura oficial de las puertas al público en general, había ya largas colas para entrar a la feria, unas filas que, 60 minutos después del debut, eran aún más extensas.
