El fotógrafo español Gabriel Barceló muestra en su nueva exposición un recorrido por 39 instantáneas que tienen como hilo conductor la mirada de gente de la clase popular de Bolivia «en la que se puede ver el alma».
Barceló (Palma de Mallorca, 1981) inauguró esta semana «Ajayu, miradas de alma», la que es su primera exposición fuera de su país natal y que le ha llevado más de un año y medio de trabajo, dijo hoy a Efe en una entrevista.
Durante un recorrido por la muestra, el fotógrafo explicó que en todas las instantáneas ha tratado de entrar al «espíritu» de la persona a través de la mirada, aprovechando la claridad y la viveza de los ojos de los indígenas bolivianos.
«Pero, más que los indígenas, la exposición es de miradas de la gente, en las que se ven emociones y estados de ánimo que podemos identificar todos», matizó.
Todas las instantáneas ponen su interés en estas miradas de personas anónimas de barrios populares de La Paz y de la ciudad aledaña de El Alto, en la que Barceló asegura que se puede ver el espíritu.
«Por eso el nombre de la exposición, «Ajayu». En aimara, el ajayu es el espíritu que forma parte del cuerpo de las personas», señaló.
«Hay pequeños segundos, momentáneas miradas y expresiones que evidencian y convierten a la propia imagen en una puerta hacia las emociones más universales y profundas de nuestro ajayu, de nuestra alma», explicó.
Hasta el presidente de Bolivia, Evo Morales, se hace presente en la muestra, en una imagen de finales de 2008 en la que su mirada medio somnolienta contrasta con el sueño profundo de su acompañante.
Barceló, que no duda que éste es su trabajo más completo, explicó que para la realización de las fotografías sólo necesitó pasear por barrios populares armado con su cámara, y detectar a una persona «ausente, ensimismada» para poder capturar su mirada.
«Este tipo de fotografías transmiten un grado de introspección con mucha fuerza», comentó.
En su opinión, el hecho de que todas las fotografías sean en blanco y negro permite la búsqueda de este lado más introspectivo de la persona, alejando al espectador de la distracción que supondría mostrarlas en color, y más con la viveza de las telas de los trajes indígenas de Bolivia.
«Entiendo la fotografía como un revelador de emociones que trasciende a lo puramente visible», escribe Barceló en el libro realizado para la exposición, una frase que para él puede ser el resumen de su trabajo.
La exposición, que estará en el Museo de San Francisco de La Paz hasta el 30 de julio, se prevé que inicie una gira por Bolivia para después tratar de viajar a otros países de Latinoamérica, hasta llegar a España.
