El Museo del Prado luce el poderío abrumador de las formas de Rubens

El Museo del Prado exhibe totalmente yuxtapuestas en dos salas casi un centenar de obras del prolífico pintor flamenco Pedro Pablo Rubens (1577-1640). La muestra, que se inaugura este viernes, pretende acercar al público la complejidad de este artista, maestro «abrumador» de las formas, y pintor favorito de Felipe IV.

Además, como novedad, el Museo del Prado completa esta muestra con un «didáctico» documental, ‘Rubens, el espectáculo de la vida’, dedicado al pintor y realizado en co-producción con el Centro de Estudios Europa Hispánica y Angular Producciones, bajo la dirección de Miguel Angel Trujillo.

Según Alejandro Vergara, comisario de la muestra y jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Museo del Prado, Rubens consigue trasmitir con sus cuadros una «visión exaltada de la vida» y acercarnos a los valores de los poetas antiguos. «Su pintura se planta en nuestras almas de manera poética», agrega.

Además, en esta ocasión el Prado ha ideado un singular montaje en el que las noventa obras se exponen en esta muestra siguiendo un único criterio, el cronológico, y se muestran como secuencias concatenadas de un plano panorámico continuo.

Entre las obras maestras que se exhiben, figuran ‘Lucha de San Jorge y el dragón’ (h. 1607), ‘San Pablo’ (h. 1611), ‘El jardín del Amor’ (h. 1633), ‘Las tres Gracias’ (h. 1635), ‘Ninfas y sátiros’ (h. 1635), ‘Hércules y el Cancerbero’ (h. 1636) o ‘Saturno devorando a su hijo’.

DOS SALAS Y DOS ETAPAS EN RUBENS

El montaje de la exposición, dividido en dos grandes salas, permite descubrir a un Rubens muy «michelangelesco», como un gran escultor antiguo que quiere transmitir el poderío de las formas y su fuerza expresiva. ‘Lucha de San Jorge y el dragón’ es un claro ejemplo de la monumentalidad propia de esta etapa juvenil, con figuras fuertes y rotundas.

Otra de las grandes series que el público podrá admirar reunida es la serie de la Torre de la Parada, que ocupa parte de la segunda sala de la exposición. Por primera vez después de más de una década, se muestra la serie completa encargada por Felipe IV para el pabellón de caza de los montes del Pardo.

Además, en esta sala están presentes las obras de la última etapa de su carrera, en la que se volcó en la potencia narrativa de los cuadros y en transmitir su contenido poético. Asimismo, su versatilidad hizo que tratara tanto temas mitológicos, religiosos, de historia o retratos y paisajes.

Con esta exposición, el Museo del Prado cerrará su programación expositiva de 2010 y tras su cierre, reubicará las grandes obras de Rubens junto a las de Velázquez y Tintoretto en la parte sur de la galería central y en el marco de la reordenación de la colección, según ha explicado el director del Prado, Miguel Zugaza.

SUS PODEROSAS FORMAS

Pedro Pablo Rubens (1577-1640) fue el artista más admirado de su época en Europa. Su arte emana de una creatividad portentosa, y se caracteriza por su retórica expresiva y sus poderosas formas. Los temas fundamentales de su pintura fueron el amor, especialmente, la tragedia y la pérdida, según ha explicado Alejandro Vergara.

Rubens también trabajó como diplomático al servicio de la Monarquía Española y fue un importante y activo conocedor de la cultura clásica, lo cual nos da una medida de la grandeza del personaje. Por ser natural de los Países Bajos meridionales (la actual Bélgica), Rubens tuvo una fuerte vinculación con la familia real española, que gobernaba la región.

Felipe IV sintió una gran predilección por este artista y le encargó decenas de cuadros para decorar sus palacios madrileños, estas es la razón principal por la que el Museo del Prado conserva la mayor colección de sus obras que existe.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído