Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Natalie Poza y Luis Bermejo han aportado su miedo, dolor y humor para alimentar la que será la decimotercera obra de Animalario, «Penumbra», la más personal de la compañía, una «catarsis» escrita por Juan Cavestany y Juan Mayorga y dirigida por Andrés Lima.
El estreno de esta «historia de una familia en una casa», según ha adelantado hoy en declaraciones a Efe San Juan, será a finales de enero en las Naves del Español en el Matadero de Madrid y supone, además, la vuelta a los montajes de la compañía del actor Guillermo «Willy» Toledo, que no ha estado en los tres últimos.
La obra, cuyos ensayos han comenzado ya, nace de la pregunta que se «lanzó» Animalario, fundada en 1996, en su último taller de creación: «¿cuál es tu mayor dolor?», una pregunta, señala Andrés Lima en la página de la compañía en Facebook, que no tiene respuesta aunque quisieron mostrar sus dolores, «los físicos y los del alma», para explorar en ello.
«Es -dice- un montaje bastante especial porque habla sobre nuestra vida y todas las cosas que nos preocupan y nos duelen», en el que el miedo será intenso y se «llorará a carcajadas».
El director explica que siempre ha creído que la vida «era una sucesión de pérdidas que había que aceptar con buen humor», algo, revela, de lo que ya no está tan seguro.
Seguramente, apunta, las experiencias se almacenan no sólo en la memoria sino en ese «algo más» que siempre acompaña al ser humano, lo que moldea la forma de vivir la vida, «de imaginarla y soñarla».
En la penumbra entre la vida y el sueño se mueve este montaje, el «más deseado» de los que ha hecho Animalario porque todas sus improvisaciones en el taller se movían «por el deseo acuciante de compartir» su dolor.
«Penumbra» es, en ese sentido, la obra «más libre» y «más miedosa» de la compañía -«nos da miedo el dolor, hablar del dolor, representar el dolor»- aunque intentarán que sea «cómica en la medida de lo posible».
«Decidimos contarnos nuestros sueños y salieron nuestras pesadillas. Representar esas pesadillas, introducirnos en ese mundo misterioso que somos nosotros mismos, atravesar el espejo y mirarnos de frente» es lo que es «Penumbra».
En la puesta en común, añade Lima, salieron «ciempiés gigantes, mujeres con un disparo en la cabeza, madres en llamas, familias sordas, amigos ciegos, amantes paralíticos y un niño», es decir, los personajes de esta puesta en escena que quieren que sea «tan bella como una letra japonesa»
El proyecto, según explica Toledo en la página de Facebook de la compañía, ha costado «más que otras veces» porque la idea era volver a un montaje como «Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente», de 2003.
Es decir, detalla, «pocos actores, poca escenografía, con un texto propio y colectivo de la compañía y volver a la carretera sin grandes despliegues técnicos, dar un poco de caña» y con «mucho contenido político y actual».
