El ‘Mundo flotante’ de Jacques Henri Lartigue

CaixaForum Madrid acerca la mirada fotográfica de Jacques Henri Lartigue sobre el paso de la vida y la felicidad con la muestra ‘Un mundo flotante’, que se expondrá desde este viernes hasta el 19 de junio. Se trata de la primera exposición antológica que se realiza en España sobre este artista, considerado uno de los fotógrafos más relevantes del siglo XX.

Jacques Henri Lartigue (Courbevoie, 1894 – Niza, 1986) murió a la edad de 92 años, pero no falleció como un anciano, sino como un «niño viejo» cuyo deporte favorito era «atrapar el movimiento», según ha manifestado este jueves en la presentación la comisaria de la exposición, Martine d’Astier de La Vigerie.

En total, la muestra exhibe 230 obras, de las cuales 182 son fotografías, mientras que otro conjunto está formado por elementos que acompañaron a este «taxidermista de la felicidad» desde joven hasta el final de sus días, como cámaras, agendas, álbumes y algunos tomos del diario que realizó casi de forma cotidiana.

A lo largo de su vida fue testigo de dos guerras y vivió muchos acontecimientos trágicos. Sin embargo, afirma d’Astier, «lo que siempre buscó fue demostrar hasta qué punto era feliz». Por ello, usó la fotografía de forma «casi instintiva» desde que era pequeño, «como una extensión de su propio cuerpo» para almacenar todos sus momentos felices.

Entre los temas destacan los paisajes de la costa francesa –«el agua era muy importante»–, así como el estudio de la belleza de las mujeres, tanto elegantes como indolentes, a quienes consigue fotografiar, primero alejado escondido y, después, a los ojos, sin reflexión pero «con una sensibilidad a flor de piel», afirma la comisaria.

INSTRUMENTO DE LA MEMORIA

Florian Rodari, también comisario de ‘Un mundo flotante’, ha señalado que Lartigue utilizó la fotografía como un instrumento de la memoria, ya que su mirada está «atravesada por la rapidez del paso de la vida y de la felicidad», una ansiedad y angustia por ver el tiempo que pasa, características principales de su obra.

Así, el fotógrafo muestra la fragilidad del momento y los personajes que protagonizan sus instantáneas pesan «como fantasmas», porque «se agarran a un pequeño hilo de la vida, donde la realidad es fugaz», ha indicado Rodari.

El comisario ha señalado que el título de esta exposición hace alusión a la desesperación e inquietud del fotógrafo por no poder atrapar esos instantes de los «pequeños momentos cotidianos de la vida». «Las imágenes son estampas japonesas donde al mismo tiempo se muestra una transparencia y audacia que no eran las de Occidente», añade.

Jacques Henri Lartigue fue descubierto de forma tardía y también fortuíta en 1963, cuando el artista alcanzaba casi los 70 años, por John Szarkowski, el entonces conservador de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

En sus diarios, el fotógrafo anotó día a día la temperatura que hacía para, según afirmó, «paliar los fallos de la memoria de los adultos». En esa misma hoja, anotaba las actividades que realizaba y, al final de la página, escribía sus impresiones acerca de cómo había ido su día. Según han concluido los comisarios, en sus títulos se percibe su percepción de la vida: ‘Cuaderno de mis sueños’ o ‘Razones por las que soy tan feliz’, entre otros.

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