Hay gente para todo que dedica sus horas libres a diferentes hobbies artísticos; unos coleccionan sellos, pintan al óleo o moldean barro con las manos.
Scott Weaver, en cambio, con una caja de palillos, un bote de pegamento y 3.000 horas ha recreado su versión de la ciudad de San Francisco que, según explica en el video, no es la mayor escultura de este tipo –«habrá dos o tres más grandes»–, pero sí la única que tiene elementos cinéticos: pelotas de ping pong pueden recorrer las ‘calles’ de la ciudad como si de un tour se tratara.
Hay que ver el video para creerlo. Scott también ha puesto una galería de fotos disponible en Flickr.